Uno de los componentes que más nos rodea es una importante fuente de contaminación, ¿Podremos reducir su uso? Se trata del cemento. A dónde mires, lamentablemente, allí está.

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CO2 por todas partes

Más de 20 billones de toneladas de concreto son producidas en el mundo cada año. Para hacer el cemento, la piedra caliza es horneada a temperatura altas en grandes hornos.

El concreto es el material fabricado por el hombre más utilizado de la historia. Solo el agua lo supera como el elemento más consumido alrededor del mundo.

¿Por qué es contaminante? El proceso libera dióxido de carbono de dos maneras: de la quema de combustibles fósiles y también de la conversión química de piedra caliza a cal.

De acuerdo al centro de estudios británico Chatham House, es la fuente de aproximadamente el 8% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del mundo. Actualmente, China es la mayor productora.

Si el ritmo de construcción con cemento continua, las áreas edificadas del mundo se duplicarán en los próximos 40 años, lo que significaría que la producción de cemento aumente un 25% de cara al 2030.

Soluciones

Un paso clave es reducir el proceso de producción Clinker, el cual es componente fundamental del cemento que se forma tras calcinar caliza y arcilla, lo que emite la mayor cantidad de CO2 en la fabricación.

Otra posible solución sería incrementar el uso del hormigón, este material compuesto de arena y grava, uniéndose a un conglomerado de cemento y agua, es universalmente aceptado por los expertos en construcción como uno de los mejores materiales de construcción.

Una solución más sustentable es la de la empresa BioMason, quienes utilizan trillones de bacterias para fabricar ladrillos de bio-hormigón. Para fabricarlo colocan arena en moldes y le inyectan microorganismos iniciando un proceso similar al que crea el coral.

Fuentes:

BBC

Anthropocene Magazine