Tinder, Grinder, Ok Cupid, Ashley Madison –un sitio especializado en personas que desean tener una relación con alguien más además de su pareja–,estos sitios deberían ser la prueba de que hoy los jóvenes tienen más sexo que nunca, sin embargo, pasa lo contrario. El mundo está más poblado que nunca, pero aún así, estadísticamente, los jóvenes parecen estar menos preocupados por el sexo que las generaciones anteriores.

El adulto promedio ha pasado de tener 62 relaciones sexuales al año a 54. Esta tendencia está a la baja desde los años noventa, cuando el 8 % de los jóvenes de 13 años comenzaba a tener pareja, hoy es cerca de la mitad. ¿Qué es lo que pasó?

Fácil acceso a la pornografía

Parecen lejanas las historias de los jóvenes ­–ahora adultos consagrados– que con toda la vergüenza del mundo tenían que buscar un puesto de periódicos y revistas que aceptara venderles material para adultos. Desde hace años el fácil acceso a Internet ha permitido la visualización de pornografía desde cualquier punto. Esto significa que muchas personas han crecido con una alternativa al alcance de su mano desde el momento en que aprendieron a masturbarse.

Hoy el número de hombres jóvenes que se masturba es el doble respecto a los años noventa, y en mujeres es el triple.

Más redes sociales, más ansiedad

Internet liberó a millones de personas que buscaban una relación y no lo lograban. Con fácil acceso a la pornografía, su vida cambió. Sin embargo, años después, con la llegada de las redes sociales, pasó lo contrarío. Los niveles de ansiedad incrementaron. La gente regaló su privacidad a cambio de un sentimiento de pertenencia, pero para muchos eso significó hacer pública su vida romántica, por ende, parte de su vida sexual.

Los juicios de terceros, las expectativas, la irrealidad de ver situaciones ideales y compararlas con lo que uno tiene, alejan a muchas personas de una situación idónea para mantener relaciones sexuales.

El mundo del amor es distinto

Durante los años setenta, un experimento consistió en poner a un grupo de jóvenes que no se conocían en un cuarto. Después apagaron las luces y poco a poco, ellos comenzaron a hablar, a conocerse y socializar. Algunas personas comenzaron a tocar a otras y mientras algunas (perfectos desconocidos hasta el momento) llegaron a besarse o tocarse, una pareja incluso tuvo relaciones en la sala.

El mismo experimento se realizó en la segunda década del siglo XXI y esta vez nadie hizo contacto físico con otra persona. Esto se debe a que muchas personas hoy consideran el contacto físico no solicitado como una agresión física y sexual.

La gente aprendió a decir que no

El machismo se mantiene como el común denominador en todas las sociedades, pero aún así hay algunas mejoras en el sistema. Antes, muchas mujeres tenían relaciones consensuadas a pesar de no estar seguras. Hoy, el número ha bajado drásticamente y aunque los comentarios machistas apuntan a que las mujeres ya no quieren tener relaciones, la verdad es que antes tampoco querían tenerlas (con ciertas personas), pero la presión de la sociedad, la ideología con la que se formaron y más las obligaba a aceptar.

Sí, los jóvenes tienen menos sexo, ¿pero realmente eso significa un retroceso en la humanidad? Parece ser un daño colateral en una lucha por la equidad e igualdad de derechos, así como en el uso de redes sociales. Tal vez pronto las cosas cambien y después nos preguntemos por qué la gente llegó a tener menos sexo, pero por ahora, parece que tenemos que aceptar la realidad.

Fuente:

The Atlantic

Psychology Today