Una fotografía delos polos de la Tierra es una de las pruebas más grandes de que estamosdestruyendo al planeta. Esa imagen es un grito al vacío, una llamada deatención y de ayuda para que cambiemos la forma en que tratamos al planeta.Primero, la capa de hielo muestra un ecosistema hostil en la que sólo el frío yciertos animales pueden sobrevivir, la segunda es la enorme cantidad de aguaque queda, producto del calentamiento global. 

Tal vez es por lalejanía, pero los efectos del calentamiento nos están afectando a todos. Sinembargo, la gente sigue escéptica y se niega a actuar. Hoy existe una nuevanoticia que tal vez nos haga reflexionar aún más.  

antes y después

Científicos alemanes han llegado a la conclusión que en los últimos 25 años tres cuartos de la población de insectos voladores de su país han desaparecido. Cada vez somos más los que tomamos en cuenta la importancia de la vida de las abejas, pues nos han enseñado que son parte sustancial de nuestra supervivencia (aunque eso no implica que hayamos hecho algo para protegerlas), pero existen muchos más insectos que necesitamos para garantizar la supervivencia de la humanidad y del resto de la naturaleza.  


insectos

Desde 1989 se comenzó con los estudios en Alemania. En ese entonces se usaron trampas malaise para capturar a más de 1500 diferentes especies en 63 reservas naturales.

En los 27 años de investigación, los números cayeron un 76 % y en los veranos llegó a alcanzar un alarmante 82%.

Al principio se estimaba que la caída suponía sólo a pocas especies como las mariposas (algo que la mayoría de las personas mayores ha advertido, porque hace algunas décadas sobrevolaban todos los parques del mundo llenándolos de color, algo que ya no es nada común), pero con el paso del tiempo han sido casi todos los insectos.  


reserva

¿Qué está acabando con la vida?

A pesar de que aún no se sabe con exactitud qué es lo que provoca este “Armagedón ecológico”, que es como le están llamando en Alemania, el calentamiento global, la deforestación para dar paso a nuevas tierras de ganado y el uso indiscriminado de insecticidas crean una teoría convincente de que el ser humano está detrás de todo esto.  

Asegurar nuestra supervivencia es elemental, pero en busca de expansión y crecimiento, hemos destruido el ecosistema, que es lo que al final asegura nuestra alimentación, por lo que si seguimos así, pronto los insectos desaparecerán, las plantas morirán y seremos miles de millones de personas en un planeta muerto en espera de lo peor.