Brasil dice basta a la crueldad en la industria cosmética- el país se suma a las naciones que rechazan la experimentación animal en la industria de la belleza.
Con la aprobación de una ley histórica, Brasil se convierte en el país número 45 en prohibir el testeo en animales para productos cosméticos, de higiene y perfumes. La nueva normativa prohíbe tanto la experimentación como la venta de artículos que hayan sido probados en animales, salvo en casos excepcionales y debidamente justificados.
Esta medida fue impulsada por el trabajo incansable de ONG, activistas y ciudadanos, con más de 1,6 millones de firmas que respaldaron la iniciativa. El avance llega tras décadas de campañas que exigían el fin de la crueldad animal en laboratorios, especialmente en el rubro de belleza.
Qué implica la ley aprobada en Brasil
La ley establece que:
- Se prohíbe el testeo en animales para evaluar la seguridad de productos cosméticos, artículos de higiene personal y perfumes.
- También se veta la comercialización de productos importados o nacionales que hayan sido sometidos a este tipo de pruebas.
- Se contemplan excepciones específicas, como riesgos potenciales para la salud humana o si no existen alternativas científicas válidas, aunque en todos los casos deberán justificarse ante autoridades regulatorias.
Un paso clave hacia la belleza libre de crueldad
Con esta decisión, Brasil se alinea con países como México, Colombia, India, Reino Unido y los miembros de la Unión Europea, donde la cosmética cruelty-free ya es una realidad legal. Además, fortalece el compromiso global por una ciencia y una industria más ética y responsable.
Organizaciones como Humane Society International celebraron la medida, calificándola como un "hito para América Latina" y un mensaje contundente a las grandes empresas del sector. Cada vez más marcas adoptan alternativas como pruebas in vitro, cultivos celulares y modelos computacionales para garantizar la seguridad de sus productos sin dañar animales.
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¿Por qué es tan importante este cambio?
Millones de animales, como conejos, ratas y cobayos, son sometidos a pruebas dolorosas cada año solo para verificar la irritación ocular, cutánea o toxicidad de productos que usamos a diario. Con esta ley, Brasil protege no solo a los animales, sino también a los consumidores, impulsando una industria más transparente y compasiva.