Día del Veterinario: los héroes silenciosos que cuidan tu mascota, tu salud y el planeta. Cada 6 de agosto, Argentina celebra a quienes se ocupan de algo más que animales: los veterinarios. Con compromiso, vocación y sensibilidad, estos profesionales construyen puentes entre el bienestar animal, humano y ambiental.
Una fecha para visibilizar una profesión esencial
El Día del Veterinario en Argentina no solo rinde homenaje al amor por los animales, sino también a una profesión clave en la salud pública, la producción alimentaria y la sostenibilidad ambiental. En tiempos donde las zoonosis, la tenencia responsable y el vínculo humano-animal cobran cada vez más peso, el rol del veterinario se vuelve integral, estratégico y urgente.
Según AVEACA, el 75 % de los hogares argentinos convive con al menos un perro o gato. Esta cifra refleja cómo los animales de compañía redefinieron el trabajo del veterinario. Ya no se trata solo de tratar enfermedades, sino de acompañar a las familias en una convivencia saludable y consciente.
“La responsabilidad no termina en el cariño. Implica controles periódicos, prevención y educación”, explica la Dra. Silvina Muñiz, presidenta de AVEACA. Enfermedades como la rabia o la leptospirosis pueden prevenirse si se cumple con la atención veterinaria y las vacunas.
Escucha activa, empatía y sensibilidad
La medicina veterinaria moderna no solo demanda precisión clínica. Hoy, los profesionales deben contar también con herramientas emocionales y de comunicación. “Los tutores ven a sus animales como miembros de la familia. Eso exige una atención más humana y una comunicación clara”, apunta el Dr. Juan Manuel Bellendier, vicepresidente de AAMeFe.
Aunque la tecnología ha mejorado el diagnóstico, la experiencia clínica, la sensibilidad y el juicio profesional siguen siendo insustituibles.
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En el campo: producción, eficiencia y bienestar
Más allá de los consultorios urbanos, los veterinarios desempeñan un rol central en zonas rurales. Desde prevenir enfermedades en tambos hasta diseñar planes sanitarios en establecimientos ganaderos, su labor impacta directamente en la calidad y seguridad de los alimentos que llegan a nuestra mesa.
“El desafío es interpretar los datos que brinda la tecnología y transformarlos en decisiones productivas y sustentables”, señala Roberto Albergucci, presidente de APROCAL.
El veterinario también es clave para prevenir enfermedades transmisibles a humanos, conocidas como zoonosis. Rabia, leptospirosis y toxoplasmosis, entre otras, requieren atención profesional y educación a la comunidad. Desde esta perspectiva, la salud animal es inseparable de la salud humana.
“El veterinario previene por el animal, pero también por la comunidad”, afirma Muñiz. Por eso, la educación en tenencia responsable y los calendarios sanitarios siguen siendo esenciales.
Un trabajo con alta carga emocional
Ser veterinario implica tomar decisiones complejas, enfrentar urgencias, consolar a tutores en momentos difíciles y mantener la entereza profesional. “La conexión emocional con los pacientes y sus familias puede ser tan intensa como en la medicina humana. Por eso es fundamental cuidar también el bienestar de quienes ejercen la profesión”, destaca Muñiz.