La paradoja delamor es que es tan simple que desde hace miles de años se ha descrito con granprecisión, pero que incluso hoy al ser subjetivo, nadie puede saber realmentequé es el amor. Un sentimiento, una verdad, una forma de vida; razones válidas,pero también lo son las que lo definen como una prisión, angustia e impulso.  


Tal vez la mejor forma de comenzar a definirlo individualmente sea aprendiendo acerca de lo que los grandes filósofos de la antigüedad dijeron respecto a tan importante tema. Platón escribió los diálogos socráticos en los que expone las enseñanzas de su maestro y es en “El banquete” en el que recuerda Platón una comida en honor a Agatón, quien había ganado el último concurso literario de la ciudad. A partir de ahí, aprendemos lo que puede confundirse con amor (que también es válido) y lo que Sócrates, el gran maestro, opina que es en realidad.  

El amor no es perfecto

Agatón dice que el amor es bello, bueno y que anhelaba a la belleza. ¿Cuántas veces no hemos caído víctimas de la belleza de alguien y hemos idealizado una imagen que no existe? Sócrates recuerda que si Eros aspira a la belleza, no puede ser belleza en sí misma y por lo tanto no puede ser un Dios. Esta lección nos invita a dejar de pensar en el amor como la culminación de todo, como una perfección que solucionará nuestra vida, pues eso es una fantasía.  

El amor es valentía

Después de varios elogios entre los que se habla del amor como la búsqueda de tu otra mitad, la compañía de un pupilo al cuál educar y otras cosas, Sócrates dice que el amor es algo mucho más complejo, pues está entre lo terrenal, pero también en lo divino. Según él el amor no es sólo belleza, sino lo que hace querer vivir una vida honrada, lo que te da una causa para arriesgar tu vida y más.  

El amor es virtuoso

Sócrates establece distintas líneas entre el amor, desde lo más superficial, hasta la belleza inmortal del alma. Dice que primero amamos el cuerpo bello, pero que eso nos lleva a la decepción, por lo que amamos no la belleza del cuerpo, sino del alma. Esto desemboca en la belleza de las ideas, lo que nos permite amar de forma correcta.  

Según Sócrates, a pesar de que siempre existirá una especie de decepción, el amor es lo que nos motiva, lo que nos mueve y por lo que vale la pena vivir, pues incluso para un hombre que vivió para las ideas, supo que conocer sólo era factible a través del amor.