La imagen anterior es el cliché que aún persiste acerca del filósofo. La increíble obra de Rembrandt muestra a un hombre cuya mente se encuentra en constante ajetreo buscando los secretos más importantes acerca de la vida y la existencia, razón para admirarlo, pero lamentablemente, pero no imitarlo.  

Y es que muchos creen que la filosofía es algo que significa gastar tiempo en cuestionar cosas subjetivas e irrelevantes. Sí, todos queremos saber cuál es el sentido de la vida, pero es más importante encontrar un trabajo que nos permita trabajar sin padecer hambre.

Por eso en las últimas décadas la filosofía ha padecido en contra de las ciencias exactas y algunas escuelas incluso la han borrado de los planes de estudio. Sin embargo tal vez no se trata de quitar la materia, sino de enseñarla desde mucho tiempo antes, de hacer que los niños pequeños se acerquen al amor a la sabiduría al mismo tiempo que comienzan a escribir, sumar y restar. 

Los hace imaginar más

¿Si los cavernícolas sólo hacían "ugh-ugh", cómo se comunicaban? Es una de las preguntas que se les hace a los niños en talleres de filosofía en Reino Unido. Otras preguntas como ¿la Tierra es una coincidencia? o ¿cuál es el objeto más valioso en la Tierra? son parte de la metafísica, los valores y el lenguaje. Los niños realmente son propensos a pensar de formas mucho más creativas que los adultos y la filosofía explota ese potencial. 

Los hace mejores personas

Michael Sowey, escribiendo para The Guardian, dice que quiso estudiar filosofía por una frase de Alex Pozdnyakov que decía que si quieres ser bueno en los negocios, no tengas una maestría en Negocios sino en Filosofía, pues esa carrera te hace un ser humano profesional. Si desde pequeños se les inculca el pensamiento filosófico, que es esencialmente humanismo aplicado, tendrán una sensibilidad mucho más grande a los problemas y opiniones de los demás. 

Los hace más inteligentes

Más de 3 mil niños participaron en un estudio en Inglaterra. Una vez a la semana tenían clases de filosofía en la que hablaban acerca de la verdad, justicia, amistad y conocimiento; todo para su propia reflexión. Al finalizar estas sesiones se descubrió que los niños que asistieron a las clases mejoraron significativamente en sus resultados en Matemáticas y Literatura. 

Los ayuda a resolver problemas personales

Los niños que tienen cuestionamientos filosóficos en sus clases parecen ser más propensos a resolver sus problemas de forma eficaz. Tanto personales como en grupo, pues las preguntas que se les hace en el salón de clases estimula su pensamiento de forma abstracta, por lo que al encontrarse ante otros problemas, se obligan a llegar a una respuesta de manera lógica y eficaz. 

Los hace más felices

De nuevo, no necesariamente aprender filosofía significa que los niños serán como la pintura de Rembrandt o serán personajes atormentados toda su vida. Durante la infancia, aprender a amar la sabiduría es una herramienta que podrá aplicarse durante toda la vida. Muchos pueden aprender filosofía y finalmente estudiar una ingeniería, pero mejorarán mucho más que otros los procesos de trabajo gracias a su educación diferenciada.

La educación filosófica puede entrar en cualquier materia, no es necesario que sea una asignatura separada. Incluso pueden aprenderlo en casa, el punto es que los niños no son pequeñas y delicadas flores que deben de ausentarse de los grandes temas, son perfectamente capaces de indagar en cuestiones filosóficas tanto como los adultos