Para hacer este test, primero tienes que ponerte en situación. 

Estás deambulando por un parque, y de pronto, te das cuenta que a tu alrededor no queda nadie. Estás completamente solo en ese lugar. 

Como si eso fuera poco, no recuerdas para qué lado queda la salida, y el sol se acaba de esconder. Definitivamente, no puedes salir ahora del parque. 

En esa situación... ¿Qué es lo que harías? ¿En qué lugar te sentirías más seguro?

1. Te sentarías en un banco a esperar que algo suceda o que alguien venga a buscarte. 
2. Buscarías el lugar más iluminado y te quedarías allí hasta que amanezca.
3. Te treparías a algún árbol y te quedarías allí arriba a pasar la noche. 
4. Te internarías a explorar en el parque a ver con qué te encuentras. 

¡Tu respuesta te dirá qué clase de persona eres!

1. Te sentarías en un banco a esperar que algo suceda o que alguien viniera a buscarte.

Eres una persona que sabe cómo mantener la calma en situaciones difíciles. Es que para ti no hay nada de preocupante en un parte... ¡Ni que fuera la selva llena de animales salvajes!

Sabes que las cosas a la larga se arreglan, y no pierdes los estribos con facilidad. ¡Eres la envidia de los ansiosos!

Eres capaz de encontrar en cada situación algo bueno. No te preocupa encontrarte a solas porque eres muy reflexivo y te encuentras a gusto solo con tus pensamientos. Confías en el destino y en que las cosas suceden por algo, y siempre estás dispuesto a ver qué es lo que la vida tiene preparado para ti. 

2. Buscarías el lugar más iluminado y te quedarías allí hasta que amanezca.

Si elegiste esta opción es porque eres una persona racional, pero un poco temerosa e insegura. No confías plenamente en todas tus capacidades, y te cuesta un poco tomar decisiones. Es que siempre estás pensando si no hubiera sido mejor tomar otro camino. 

Sin embargo, cuando las circunstancias requieren de ti una actitud proactiva, te pones en marcha y avanzas. Eres de los que funcionan mejor bajo presión. 

Al contrario, cuando te encuentras cómodo, prefieres quedarte así. No tomas la iniciativa a menos que sea estrictamente necesario. Prefieres tu zona de confort a salir a la aventura. 

3. Te treparías a algún árbol y te quedarías allí arriba a pasar la noche.

Si esta fue tu elección, es porque eres una persona un poco estructurada, por lo que las situaciones que te sacan de la lógica te generan mucha ansiedad.

Para ti, sólo hay una manera de hacer las cosas, que es la manera que conoces. No te gusta innovar, y eres conservador en tus ideas.

Por eso, ante una situación límite, reaccionas con temor y buscas esconderte del mundo. No te gusta quedar expuesto, pero cuando finalmente las cosas se acomodan, hinchas el pecho y comienzas de nuevo.

4. Te internarías a explorar en el parque a ver con qué te encuentras.

Eres un verdadero aventurero, y muy confiado de ti mismo. A veces, eso te vuelve un poco temerario. Consideras que el que no arriesga no gana, y por eso vas por todo.

Esa tendencia es la que te ayuda a conseguir lo que quieres. Pero también se puede convertir en tu peor enemigo, porque muchas veces no mides las consecuencias de tus actos, y terminas sufriéndolas en primera persona.

Eres capaz de tropezarte mil veces con la misma piedra, pero tienes la capacidad de levantarte mil y una vez. Por eso, al final, siempre sacas ventaja.