Con la excusa de una “investigación”, ballenerosjaponeses mataron a más de 300 ballenas en la Antártida. Pero esa no es la peor noticia;casi todas estaban preñadas. 

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Contexto

La ComisiónBallenera Internacional junto a tribunales de justicia internacional ha condenado durante los últimos años la decisión unilateral de Japón demantener la caza de ballenas. El país asiático hace caso omiso a estascondenas con la excusa de que la captura de cetáceos forma parte de lasactividades científicas para el estudio de estos animales.Se sabe que las ballenas capturadas por losballeneros de ese país acaban en los mercados y restaurantes, con elbeneplácito de la mayor parte de la población japonesa

Másde 300 ballenas muertas

A finales de marzo, tres balleneros japonesesregresaron al puerto de Shimonoseki tras haber cazado 333 ballenas en aguasdel Antártico y cerrando la temporada.

La caza de ballenas es ilegal desde 1986, sinembargo, un vacío legal permite hacerlo si es por motivos científicos.Según fuentes oficiales, con este tipo de viajes se recogen datos sobre lapoblación de ballenas y el ecosistema en el Antártico. Se sabe que elGobierno busca restituir la legislación que permita la caza con finescomerciales.


Daños

Los balleneros japoneses terminaron con la vida de 333cetáceos. 122 de las ballenas capturadas y luego asesinadas (el 96% de lashembras capturadas) estaban preñadas. Además, 114 de los cetáceoscazados eran crías o jóvenes

Son muchos los motivos por los cuales esta noticia es demoledora: por la cantidad de ballenas, por el hecho de que estuvieran a punto de dar a luz a muchas otras, y sobre todo, porque se disfraza una vez más de misión científica la cacería, que tiene como fin último la venta de la carne.

¡Difundamos para salvarlas antes de que sea tarde!