Tal vez quieras darle play al video anterior antes de seguir leyendo el artículo. Tan solo para escuchar el sonido.  Borges, el famoso escritor argentino, dijo quela lluvia era algo que siempre ocurre en el pasado. Tal vez eso es suficiente paradarle la importancia filosófica que merece, pues un evento tan cotidiano aveces nos obliga a pasarlo por alto, pero basta con observar la lluvia caerpara darnos cuenta de que las gotas se comportan a un ritmo melódico, que aveces una ligera brisa la hace parecer inexistente y otras veces no hay tiempopara filosofía porque es tanta el agua que cae que nos obliga a ponernos alertay velar por nuestra seguridad.  

Ya en sí misma, la lluvia es un fenómeno raro. Si la atmósfera estuviera siempre a la misma temperatura, si el plano celeste se comportara de forma uniforme por siempre, nunca tendríamos lluvia, ni nieve, ni nada por el estilo. Es nuestra geografía cambiante la que permite la lluvia y por lo tanto, la que ha dado paso a la creación de vida en casi todo el planeta.  

La lluvia incita a la reflexión, al recuerdo. A veces cae cargada de nostalgia y su efecto en la piel nos regresa a tiempos complicados, pero que por alguna razón nunca salen de nosotros por completo. Esos momentos que nos marcan para siempre y determinan lo que somos. La lluvia tiene ese poder de hacernos vivir el pasado casi de forma tangible.  

Hoy la lluvia se está quedando relegada a un evento externo, que nos obliga a resguardarnos, pero ya no como antes, cuando sólo había que alejarnos de ella para no mojarnos, ahora puede ser dañina, pues esa atmósfera en la que se forma, esa peculiaridad que tiene para existir, está contaminada por todo lo que nosotros hacemos. Lluvia tóxica, lluvia que nos enferma y que corroe todo lo que tenemos, una lluvia antinatural que debemos evitar y que no promueve la filosofía.  

Un evento tan cotidiano que levanta tanta reflexión. Cuidemos el planeta para ver la lluvia caer, para poder recordar y extrañar en paz, para vivir el pasado en el presente y para compartir un fenómeno que nos dio vida y que tantas veces damos por sentado sin saber que algún día, de seguir así, la lluvia puede terminar.