Elpasado 4 de noviembre, Monika esperaba a ser peinada y maquillada. Se iba aponer su sari granate de boda, como manda la tradición. Pero algo cambió. Ella no quería casarse, como le sucede a miles de niñas en su país, en las que nadie repara hasta que es demasiado tarde. Pero Monika cambió su historia. Esta niña india pidióayuda para detener su boda y lo logró.

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Lasjoyas elegidas para la ocasión adornarían sus orejas y su nariz, y tambiéncubrirían su cuello. Para esta bodaindia, sus manos también serían pintadas con complejos remolinos de henna.

Habíamucho por hacer. Pero a pocas horas de la ceremonia, nadie se dio cuenta de quela novia se escondía entre las sombrasde la casa familiar para hacer una última llamada telefónica. Nollamaba a un amigo, ni para comprobar que todo estaba listo en el lugar dondese iba a celebrar la boda. Nerviosa, Monika marcó cuatro dígitos: 1098.  

Monika contactó con Childline, una línea nacional de ayuda para niños. Había visto en libros el número fácil de recordar: 10-9-8. Agarró un teléfono y llamó. Solo faltaban unas horas para su boda. Pero fue suficiente para que lograran rescatarla.

Contra la ley

Demasiadojoven para casarse bajo las leyes indias, Monikaquería detener su propia boda.La niña india tenía 13 años cuando se iba a celebrar su matrimonio. Así lo asegura laorganización benéfica que la ayudó y sus registros escolares. Sus padres dicenque tiene más de 17.

Loque no está en duda es que sigue siendo una niña y que la ley solo permite los matrimonios a partir de los 18 años. Además, nadie debería ser casado por obligación.

En la búsqueda


Fueen septiembre del año pasado cuando su padre, Ganesh, se levantó al amanecerpara llevar a cabo una importante misión.Alregresar a su casa en un barrio pobre de Bikaner, en el noroeste del país, sesentó junto a la madre de Monika, Sita, para darle una noticia a la niña.

"Mamáy papá me dijeron que habían encontrado un hombre para mí en Churu (a casi 200kilómetros) y que era muy amable, educado y trabajaba como obrero",recuerda Monika.

Cuandose le pide que describa a quien iba a ser su marido, ella no muestra ninguna emociónque nunca lo había visto, pero que sus padres le enseñaron una fotografía. Éltenía 22 años. Pero ella estaba decidida, no quería casarse por obligación.

Su último recurso

Monikacomenzó a tener dudas. "Sentía que era muy joven y que no debería casarme.Quería estudiar y ser maestra". Con esa convicción, la niña llamó al 1089, un número fácil de recordar correspondiente a una organización que protege los derechos de las niñas y niños y que ella había visto en una publicidad.

"Lesdije que no quería casarme y ellos me preguntaron por qué. Les expliqué que una niña debería tener al menos 18 años".

PreetiYadav con su organización, Urmul Trust, atiende casos de la línea de ayuda paraniños y fueron quienes ayudaron a Monika. Preeti ha visto entre 20 y 25 casos de matrimonio infantil en loque va de año. Esta práctica está prohibida en India desde 2006, pero aúnestá muy extendida y es el país del mundo con mayor número de casos, segúnUnicef.

 "Lasituación está cambiando y la edad promediode las niñas que se casan está aumentando. Solía ser de entre 10 y 11 años,pero ahora es de entre 14 y 15", dice Arvind Ojha, líder de laorganización Urmul Trust.

SegúnUnicef, 12 millones de niñas (una decada cinco en el mundo) son casadas cada año antes de cumplir los 18 años.