Hace por lo menos 10 años, un grupo de médicos veterinarios comenzó a cuestionar la capacidad nutritiva que tienen los pellets para perros y gatos. Sin embargo, la oposición a esto -principalmente de las mismas marcas que los producen- continua y sus intentos por seguir generando confianza de especializas y dueños de mascota siguen sin mucho resultado. Hoy son cada vez más los dueños y especialistas que optan por recomendar y practicar una alimentación natural con sus mascotas.

Perros y gatos tienen una estructura (fisiología) especial para el aprovechamiento de carnes (más estricto en gatos), acompañadas de frutas y verduras (más de preferencia para perros) por lo que la alimentación que elijas para ellos tiene que ser acorde a esta estructura. De lo contrario, aparecen las enfermedades.

Por mucho tiempo se pensó que para eso servían los pellets, pero en su mayoría, poseen más de un 35% de carbohidratos en su composición, derivados de los desechos de cereales. Por lo tanto, son un alimento con muy bajo valor biológico, es decir, la mascota no puede aprovechar en forma correcta estos nutrientes.

Síntomas de una nutrición pobre

¿Cómo lo puedes saber tú, como dueño? Simples cosas que te pueden ayudar a darte cuenta: mal olor corporal, enfermedades dentales, bajo animo o poca actividad física, pelaje opaco, sobrepeso, aumento del consumo de agua, aumento de la cantidad de fecas (no es normal que tu perro defeque 4 veces en el día) y deshidratación crónica y alergias. Son las principales alertas que debes notar en tu mascota para darte cuenta que no están recibiendo la nutrición que merecen.

Si queremos evitar estos problemas o alguna enfermedad crónica (diabetes, problemas articular, etc.), debemos dar una alimentación que respete su estructura natural. De lo contrario, nos volvemos la principal causa de enfermedad en nuestras mascotas. La proteína, omega 3, energía, minerales y vitaminas deben ser entregados de forma apropiadas a través de carnes, condimentos, verduras y frutas que ellos si pueden asimilar.

Es cierto que los estilos de vida pueden tener una mala influencia en esto. Muchos se preguntarán: "Si no me cocino para mí, ¿cómo voy a cocinar para mi mascota?". Afortunadamente, puedes planificar y ordenar la cocina y lo puedes hacer cada 7, 15 o 20 días según su peso y tu capacidad de almacenamiento. Ayudará muchísimo a que lo puedas lograr reemplazaar el costo de tratamientos para enfermedades crónicas por tiempo en la cocina.

Además, según el país en el que vivas, podrás encontrar personas que se dedican a comercializar este tipo de dietas que te pueden ayudar muchísimo a realizar este cambio en su alimentación.

Como ves, existen varias formas de empezar con este tipo de dietas. Pero antes de dar el primer paso, consulta con algún veterinario. Así te asegurarás de no tener problemas en el proceso. Esto se debe principalmente a que si bien la base de la alimentación natural para mascotas son alimentos crudos, si tu ya está enferma, el enfoque cambia un poco y para eso debes estar acompañado de un especialista en el tema que te pueda ayudar.