Hasta los que no tienen hijos saben que criarlos de forma adecuada requiere de una preparación y de una madurez que no es fácil de alcanzar, y que toma práctica aplicarla. Así, es normal cometer errores en el trayecto y luego tener que corregirlos.

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Cuando se trata de reprimendas por mal comportamiento, los ánimos caldeados y la frustración pueden hacernos más vulnerables a decir cosas inapropiadas que pueden herirlos más de lo que imaginamos.

A continuación, te presentamos los seis comentarios que nunca debes hacer cuando regañas a tu hijo, ya que no aportan nada y solo causan angustia emocional.

"¿Por qué no eres como tu hermano?"

Los seres humanos somos todos diferentes, así que comparar a un niño con otro solo puede traer frustración y resentimientos. Peor aún si se trata de su hermano, ya que de por sí sus relaciones no suelen ser las más estables, y es comentario podría causar aún más rencillas.

Y si no causa más peleas internas, este comentario solo puede herir el autoestima del pequeño. No aporta nada y solo causa dolor.

"No llores más"

Expresar nuestras emociones es una necesidad completamente normal, pero los niños no saben controlarlas del todo, y muchas veces las demuestran por medio del llanto y otras expresiones.

Si les exigimos que dejen de llorar desde pequeños, estaremos sembrando una semilla que puede convertirse en un problema muy grave en la adultez. Puede hacerlos sentir culpables por expresar sus sentimientos, por lo que decidirán reprimirlos. Eso no es bueno para nadie.

Juzgar a otros padres o niños

Señalar los defectos de las personas ante nuestros hijos es un acto cargado de energía negativa que no aporta una enseñanza buena. En cambio, deberíamos tratar de inculcar que todas las personas tienen sus virtudes y que podemos aprender de ellas si los tratamos sin prejuicios.

En caso de señalar algún defecto, es mejor no poner el ejemplo de alguien que el niño conozca. De esta manera, le enseñamos a ser más tolerante y paciente con los demás.

"No haces nada bien"

Todas las personas tenemos ritmos distintos de aprendizaje. Mientras que algunos niños aprenden conceptos nuevos a una velocidad sorprendente, otros tienen profundas dificultades dentro de ciertas áreas.

Es importante reconocer que todos tienen sus propias fortalezas y debilidades, por lo que en vez de llenarte de ira cuando haga algo mal, deberías ayudarlo a mejorar con mucha paciencia y compasión.

También existe la posibilidad de que tenga alguna discapacidad de aprendizaje. Esto es menos común y requiere de intervención profesional, junto con el apoyo de los padres y del ambiente educativo del niño.

"Deja de hacer preguntas tontas"

Muchos niños son sumamente curiosos y desean siempre saber más sobre lo que los rodea. Las preguntas que los niños hacen no son tontas, primero porque apenas están aprendiendo sobre el mundo y es normal que no sepan cosas que la mayoría da por sentado; y segundo, porque demuestran una sed de conocimiento que debe ser alimentada.

Decirles que hacen preguntas tontas hiere sus sentimientos y puede afectarlos profundamente, mucho más de lo que podemos imaginar.

"Le voy a decir a tu papá lo que hiciste"

Esta es una frase que ha pasado de generación en generación para las mujeres de las familias, y que es más contraproducente que otra cosa. Piénsalo por un momento, ¿qué implica?

Implica que los niños solo mostrarán respeto por sus madres cuando su padre está presente, lo que puede llevar a comportamientos fuera de control cuando papá no está. Por otro lado, hace que papá sea “el malo de la película”, una presencia imponente que causa miedo y solo aparece para reprendernos.

Esta frase es anticuada y no debe ser dicha bajo ninguna circunstancia.

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¿Alguna vez has usado alguna de estas frases? ¿Tus padres te las dijeron alguna vez?

Fuente:

Fabiosa