En la botánica, las plantas se dividen en familias porque poseen características similares. Una de las conocidas familias botánicas son las solanáceas, dentro de las cuales entran el tomate, el pimiento, la berenjena, la patata, el tabaco y otras más.

Una de las características que tienen en común es que todas poseen el alcaloide solanina. Se trata de una sustancia que ayuda a las plantas a protegerse de posibles enfermedades, ataques o plagas. Este alcaloide está presente en mayor concentración en las hojas y tallo de estas plantas, y va disminuyendo su presencia en el fruto a medida que éste madura.

La solanina es una sustancia que posee efectos tóxicos para el cuerpo humano. Se sabe que, en altas dosis, puede generar dolores de cabeza, náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, fatigas, e incluso que puede ser irritante para las personas con artritis.

En la dieta macrobiótica, las solanáceas están excluidas del régimen de alimentación. “Los alimentos solanáceos podrían extraer sutilmente el calcio de los huesos y depositarlo en las articulaciones, riñones, arterias y otras zonas del cuerpo en donde no ha de estar", explica Norman F. Childers en su libro A Diet to Stop Arthritis: The Nightshades and Ill Health.

Lo que se recomienda

Tomates: recolectar de la planta y comer los frutos cuando están maduros.

Patatas: no dejarlas al sol, ya que esto aumenta la producción de solanina. Si están verdes, es un indicio de un alto contenido de este alcaloide, por lo que hay que evitar consumirlas. A su vez, hay que evitar comerlas brotadas, porque tienen la misma característica.

Pimiento y berenjena: evitar comer las semillas crudas, cocinadas pierden gran parte de la solanina.

En caso de hacer compost con lombrices, es importante saber que la solanina presente en las hojas también es tóxica para las lombrices. Las hojas se pueden dejar al sol o cocinar para reducir su efecto tóxico, o sino agregarlas a un compost tradicional.

Si bien las plantas tienen que ser nuestra medicina, estas poseen sustancias poderosas que, si no bien administradas, pueden ser peligrosas. Es fundamental informarnos y tomar decisiones conscientes y responsables respecto al uso de plantas para nuestra salud.