Unos investigadores han descubierto que un pez de poco más de un centímetro de tamaño puede producir sonidos de hasta unos 140 decibeles, comparables con el ruido que un motor a reacción de un avión emite durante el despegue, según detallan en un estudio publicado el lunes (26.02.2024) por la revista PNAS.

El pequeño y transparente pez estudiado, perteneciente a la especie Danionella cerebrum y originario de las aguas poco profundas de Myanmar, tiene un aparato especial de generación de sonidos, el cual le ayudaría a comunicarse con otros ejemplares en aguas turbias, suponen los científicos.

Un sistema de sonido único

Mediante una combinación de videos de alta velocidad, tomografías microcomputada, análisis de la expresión génica y métodos matemáticos, los investigadores lograron identificar que los machos de esta especie usan este sistema de sonido compuesto por un cartílago de tambor, una costilla especial y un músculo resistente a la fatiga.

"Este pez diminuto puede producir sonidos de más de 140 decibelios a una distancia de 10 a 12 milímetros; esto es comparable al ruido que un humano percibe de un avión durante un despegue. Es bastante inusual para un animal de semejante tamaño", explica en un comunicado el coautor Ralf Britz, de la Colección de Historia Natural Senckenberg de Dresde.

El sistema de este pez acelera el cartílago tambor con una fuerza considerable y "lo dispara contra la vejiga natatoria para generar un impulso rápido y sonoro", añade.

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Forma de comunicación en aguas turbias

Los expertos suponen que estos peces, que pueden llegar a medir un máximo de 12 milímetros, utilizan estos fuertes sonidos para comunicar un mensaje cadena. Asimismo, estiman que la competencia entre los machos en un entorno visualmente restringido contribuyó al desarrollo de este mecanismo especial.

Por supuesto, hay muchos otros animales que también pueden ser ruidosos. Por ejemplo, el camarón mordedor alcanza los 250 decibelios con sus pinzas. El kakapo no volador, originario de Nueva Zelanda, alcanza los 130 decibelios con sus llamadas de apareamiento; y los elefantes pueden alcanzar volúmenes de hasta 125 decibelios con sus trompas.

Pero el pez D. cerebrum es único: "Comprender la extraordinaria adaptación del D. cerebrum amplía nuestro conocimiento sobre la locomoción animal y resalta la notable diversidad de mecanismos de propulsión en diferentes especies. Esto contribuye a una comprensión más amplia de la biología y la biomecánica evolutiva", concluyen los expertos.

Fuente: DW.