La mayor parte de los padres de hoy en día son de la generación millennial, esa que vio por poco el mundo analógico y, ya en la adolescencia, adoptó el móvil y las nuevas tecnologías como parte indispensable de su vida. Son personas que vieron cómo era posible guardar el mundo entero en el bolsillo, y les pareció que era algo maravilloso. Recién ahora, muchos años después, se está empezando a pensar que el advenimiento del móvil también trajo muchas consecuencias negativas.

Sin embargo, en este contexto no es de extrañar que muchos padres utilicen el teléfono o las tabletas para calmar a sus hijos. Después de todo, es lo que ellos mismos hacen. Cansados, ansiosos, molestos, recurren a las pantallas. Las pantallas los sedan, y a los pequeños también.

Pero, ¿es realmente bueno para los niños aprender a calmarse con la pantalla del móvil? La realidad es que no es la mejor opción, puesto que puede traerles muchos problemas en el futuro. Esto es lo que tienes que saber al respecto.

Calmarse con móvil les impide desarrollar el autocontrol


Hasta los 6 años, los niños aprenden todo. No solo el conocimiento formal, sino también a interactuar con el mundo. Entre otras cosas, aprenden a entretenerse y a calmarse en momentos de dificultad o frustración.

Cuando los padres abusan del móvil como método de control, ese mecanismo de autocontrol no se desarrolla. Los niños aprenden que, cuando están enojados, tristes o aburridos, tienen que distraerse.

Con el paso del tiempo, eso puede traerle problemas a los chicos. ¿Cómo van a concentrarse, por ejemplo, en una clase de matemática, sin los estímulos constantes a los que están acostumbrados Y lo que es peor: si se acostumbra al niño a obtener lo que quiere (el móvil, la distracción) con rabietas, eso lo convertirá en una persona caprichosa que siempre usará ese método para alcanzar lo que desea.

Entonces, ¿el móvil está prohibido?

No necesariamente. La tecnología forma parte de nuestra vida, y pretender mantener a los chicos completamente ajenos a ella es irreal. Además, en la actualidad, también es fundamental que el niño aprenda a relacionarse de manera sana con los dispositivos.

El verdadero desafío de los padres es estar presentes en la formación del pequeño, y controlar cómo, cuándo y cuánto utiliza los dispositivos. Ver contenido juntos, restringir los tiempos de exposición (no mucho más de media hora diaria para los menores de 3 años), y no reemplazar el juego analógico son algunos de los puntos fundamentales para un desarrollo adecuado de las criaturas.

Además, es fundamental no utilizar dispositivos móviles como el principal juguete del niño. Debe dejarse para momentos especiales, y siempre se debe supervisar qué se consume.

Finalmente, es fundamental que no se use como “chupete digital”. Cuando el niño tiene una rabieta, hay que buscar formas de tranquilizarlo y enseñarle que las cosas no siempre salen como quiere, y que eso no tiene nada de malo. Intentar calmarlo con juegos o historias, en vez de distraerlo con el móvil, es la mejor manera de prepararlo para un mundo en el que no siempre obtendrá satisfacción inmediata.

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¿Tienes niños cerca? ¿Cómo usan el móvil?

Fuentes:

Aleteia

Guia Infantil