Para muchas personas, mantener pensamientos sanos y estimulantes se ha convertido en un desafío. Están dominados la mayor parte del tiempo por pensamientos de los llamados negativos, que son aquellos que limitan su potencial, enferman, provocan ansiedad, dudas, miedos, quejas y no permiten disfrutar de la vida. Por esto, es importante saber cómo cambiar pensamientos negativos por positivos.

Según estudios científicos, los seres humanos tenemos al día unos 70.000 pensamientos, y según la revista New Scientist, en total cada ser humano puede pensar hasta 1080.000.000.000.000 cosas a lo largo de su vida, una cifra superior a la de todos los átomos que hay en el universo.

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Cuatro creencias básicas para empezar a cambiar

Los pensamientos crean estados de consciencia que se manifiestan en la realidad. Por eso, si no estás obteniendo resultados favorables en la vida, empieza a considerar la posibilidad de cambiar de raíz tus pensamientos.

Estas son cuatro creencias básicas para encarar este proceso.

1. No eres tus pensamientos

Los pensamientos son una forma de elaboración e interpretación de tu realidad. Lo que sucede es que muchos seres humanos tienden a pensar que son eso que está en su fantasía, y como resultante, es justamente lo que van co-creando en el exterior.

2. Revisa tus creencias y paradigmas

La forma en que te representas el mundo, el rol que ocupas, tus sueños y anhelos más profundos, se basan en cadenas de creencias, que surgen de la forma en que has convivido en los primeros seis o siete años de vida. Muchas personas mantienen esto como leyes inamovibles, aunque haya cosas inculcadas que ya no tienen sentido en su vida actual. Toma consciencia y cambia todo lo que no te funciona.

3. El cerebro es tu aliado

No eres un robot programado para actuar siempre de determinada forma. El cerebro tiene neuroplasticidad, y es como un músculo que puedes entrenar para que juegue a tu favor.

4. Te dices todo el tiempo que eres así y no puedes cambiar

Este es un procedimiento basado en la comodidad y cierto aire de victimización. El cambio profundo y de raíz hacia algo mejor requiere dedicación y entrega permanente. Si asumes el reto, en pocos meses podrás transformar los aspectos disfuncionales de tu vida.

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5 pasos para cambiar de pensamientos negativos a positivos

Como en todo proceso, es necesario practicar y practicar hasta tener el dominio de las herramientas aquí propuestas. Si te sirven, adóptalas para modificar tus pensamientos recurrentes.

1. Sé tu propio detective del comportamiento

Si estás atormentado por pensamientos negativos, sabes que tendrás la tendencia de ver todo aquello que se emparente. El cerebro hace “calzar” los estímulos exteriores con lo que generas desde afuera.

Ejemplo en negativo: estoy triste porque este es un mundo cruel (y verás muchas personas tristes alrededor). ¿Qué hacer? Practica la observación natural. Un ejemplo: si quisieras comprar un auto rojo de determinada marca, es posible que empieces a ver muchos vehículos así casi de inmediato. Si estás embarazada, comenzarás a registrar en primer plano a las mujeres en la misma situación.

Así funciona el cerebro, en positivo y en negativo. Tú lo creas, y lo que ves reflejado es producto de tu propia creación -de nadie más-.

2. Escribe lo que piensas y trabaja con este material

Empieza a registrar todos los pensamientos que tienes en dos columnas, positivos y negativos. Anota cada palabra donde corresponda. Al final del día, pon el opuesto, o conecta los negativos con una flecha hacia la columna de pensamientos positivos. ¿Qué relación tiene? De esta forma estarás llevando al cerebro a establecer una sinapsis más propositiva a tu favor, y, en el tiempo, será así como empezará a funcionar.

3. Busca puntos de plenitud y felicidad en tu vida diaria

Independientemente de los hechos de la vida, los seres humanos somos interpretativos; le ponemos la potencia emocional que nos sale en cada momento. Cuando estés en situaciones negativas, haz el ejercicio consciente de buscar lo bueno. Siempre hay algo, incluso en los desafíos más desalentadores. Crecen flores en medio del desierto; así que lo bueno, noble y positivo también está en tu interior (sólo que en ese momento quizás no puedas verlo claramente). Registra en forma tangible estos momentos de plenitud y felicidad. Una buena forma es hacer tu lista de las cosas por las que das gracias al comienzo y al final del día.

4. Traduce a lenguaje positivo tus palabras negativas recurrentes

Ejercicio simple y poderoso para empezar: elimina el “pero…” y reemplázalo por “y…” Esta fórmula te permitirá ampliar tu círculo de posibilidades sobre las cosas y situaciones. Las palabras crean estados internos que luego traduces en realidades. Hazlo también con aquellos términos que usas y que restringen tu expansión.

5. Dos preguntas para hallar respuestas a (casi) todo lo que te preocupa

Por cada dilema que te sumerge en un estado de pensamiento negativo pregúntate cinco veces seguidas: "¿Por qué?”, como pelando las capas de una cebolla. Cada respuesta te lleva a un nivel más profundo. Si quieres encontrar el propósito de algo, y no puedes visualizarlo rápidamente, ensaya cinco veces seguidas con “¿Para qué?”.

Verifica si llegas a una profundidad mayor a medida que repites este patrón. Al darle sentido, resignificas tus pensamientos negativos iniciales, y puedes conectar mejor con los positivos o, al menos, más conducentes para atravesar el estado en el que ves que no hay salida.

¿Estás listo para cambiar tus pensamientos negativos por otros positivos?

Fuente:

Daniel Colombo