Por Tamara Brunswig (@astroilustra)*

Desde el 30 de octubre, hasta el 19 de noviembre, Mercurio se pone retrógrado. Esto no significa que el planeta cambie de dirección y empiece a retroceder, sino que es una sensación que tenemos desde nuestra perspectiva terrestre, en relación con el trazo de su órbita. Es como cuando venimos en un tren y nos encontramos con otro al lado que viene a distinta velocidad y tenemos la sensación de que uno de los dos está yendo hacia atrás.

Entonces, ¿qué pasa cuando Mercurio, el planeta de la comunicación, los intercambios y el movimiento, se pone retrógrado? Todo lo que tiene que ver con esta energía expresada hacia afuera, como los viajes, las redes sociales, los contratos, las decisiones y las discusiones, se verán más complicados y trabados. Por lo tanto, no es recomendable hacer este tipo de movimientos, ya que los accidentes, los incidentes a la hora de viajar y los malos entendidos estarán a la orden del día. Es por eso que se suele pensar este tránsito como algo negativo.

Sin embargo, la astrología humanista no lo ve así. Desde esta perspectiva, no hay nada que sea bueno o malo en sí mismo, sino que todo depende desde qué perspectiva lo estemos mirando. Si queremos hacer un montón de cosas e irnos de viaje, seguro veamos este tránsito como algo negativo. Ahora, si nos conectamos con aquello que nos ofrece, podremos sacar mucho más provecho de este tiempo.

La astrología nos habla de los ritmos, del momento justo para cada cosa, así como lo observamos en las estaciones del año o en el crecimiento de una flor. Escuchemos la energía disponible y aprovechémosla para viajar hacia adentro, reflexionar, escribir, hacer una pausa y meditar. Toda experiencia en esta dirección expandirá nuestro mundo interior, nuestra silenciosa escucha y la decantación de procesos que ya veníamos elaborando.

A continuación, les dejo una pequeña meditación para adentrarse en este ritmo presente:

Respira profundo y camina más despacio.

Intenta regalarte una pausa en algún espacio que te invite a relajarte y encontrarte.

Respira consciente.

Recorre tu cuerpo con la respiración.

Registra tus apoyos.

Nota si hay tensiones.

Percibe si hay zonas relajadas.

No hay nada que tengas que hacer para cambiar nada de lo que encuentres.

Solo registra y acompáñate cómo harías con alguien que amas.

Este es un buen momento para volver a ti.

Recordarlo es recordarte.

* Tamara Brunswig es Lic. en Psicología, Astróloga (Casa XI), Terapeuta vibracional y Técnica en Análisis Bioenergético. Puedes seguirla en @astroilustra.