Seguro te ha pasado alguna vez de conocer a alguien para quien la suerte siempre parecía estar de su lado. Las cosas se le daban fácilmente, ganaba los concursos, o se encontraba justo con lo que estaba buscando casi "mágicamente". Puede que eso tal vez te haya generado incluso, un poco de envidia. "¿Cómo hace? ¿Por qué a mí no me pasa lo mismo?"

La suerte no es tan mágica como crees. Según el psicólogo Richard Wiseman: "La gente crea su propia buena y mala suerte".

Quizás ya hayas escuchado eso alguna vez. ¡Pero tiene mucha lógica! Lo que nos creemos internamente es lo que luego, inconscientemente, generamos a nuestro alrededor.

Aquí te compartiremos algunas claves que hacen las personas "con suerte" para que tú también seas un afortunado.

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1. No dudes tanto

A veces lo que puede parecerte, a primera vista, "buena suerte" es una buena decisión. Se trata se saber detectar oportunidades, y desechar rápidamente lo que no genera algo bueno, sin pensarlo tanto, ni aferrarse tanto a lo conocido.

2. Desarrollar la intuición

La clave de lo que vemos como "suerte" muchas veces tiene que ver con perderle un poco el miedo a las cosas. Nada nuevo ni bueno vendrá a nosotros si estamos encerrados en las rutinas o los "peros". Tenemos que hacerle más caso a nuestra intuición, a ese instinto que desde dentro nos dice que "sí" o que "no" a las cosas que se nos presentan.

3. Confiar

A menudo, las personas con "más suerte" son más confiadas en lo que vendrá, no piensan todo tanto, tienen fe en que saldrá bien, sin que esto signifique ser un negador. Ser optimista no pasa por obviar las dificultades, sino focalizarse en el medio vaso lleno de las situaciones.

4. Pensar en positivo

Muchas veces, en vez de pensar en lo que queremos, pensamos en lo que no. Solemos poner, además, frente a las cosas el "no" por delante, como una manera de sortear el miedo. Pensar en positivo nos mantiene más predispuestos a recibirlo, más expansivos, menos ofuscados. Además, nos genera mayor bienestar ya que el cerebro entiende que todo está bien, y esa información llega a todo nuestro cuerpo.

Fuentes:

BBC