En la era de las redes sociales, no es raro ver que un influencer amante de la comida (foodie) alcanza decenas o cientos de miles de seguidores mientras viaja por la ciudad recomendando los mejores restaurantes. Pero que un perro sea influencer definitivamente no es algo que se vea todos los días.

Este es el caso de Popeye, un can de Los Angeles que alguna vez vivió en la calle, pero que hoy cuenta con cientos de miles de fanáticos que se deleitan con su ternura y buen gusto culinario.

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No se sabe mucho sobre su vida antes de su salto a la fama. Su dueña, Ivy Diep, lo encontró en la calle muy delgado y desnutrido. Quedó tan conmovida por su mal estado que decidió adoptarlo y darle una nueva vida como el foodie canino que ahora causa furor en las redes.

“Cuando encontramos a Popeye, estaba en la calle abandonado y famélico, con un cuerpo hiper-delgado y con todo su pelo blanco sucio y enmarañado", contó su dueña. "Era un perro de tan sólo 3kg y con una vida muy difícil al que parecía que nunca le habían dado de comer”, añadió.

Con el tiempo y con muchos cuidados, su aspecto y salud empezaron a mejorar. Así, en 2016 Ivy Diep creó la cuenta de Instagram @PopeyeTheFoodie, donde se registran las aventuras culinarias de Popeye.

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En las fotos, el tierno perrito aparece con un aspecto muy alegre y juguetón en frente de enormes platos de comida. La mayoría de los establecimientos en los que Popeye demuestra su buen gusto por la cocina son pet-friendly, es decir, restaurantes a los que los clientes pueden llevar a sus mascotas.

Destaca además el carácter tranquilo del pequeño Popeye, que a diferencia de las mayoría de los animales domésticos, no se abalanza desesperadamente sobre su comida apenas se la ponen en frente, sino que posa para las fotos muy coqueto y con mucha paciencia.

Actualmente, tiene casi 400 mil seguidores en su cuenta, que no dejan de comentar cuán adorable y educado lo encuentran.

Fuente:

La Prensa