Alerta: una invasión de cotorras argentinas alarma a España al tratarse de una amenaza creciente.

Las cotorras argentinas, que llegaron como mascotas en los años 70, hoy son consideradas una especie invasora que pone en riesgo tanto a la biodiversidad local como a las explotaciones agrícolas.

De mascotas a plaga urbana

El primer avistamiento de cotorras argentinas en libertad en España se registró en 1975. Hoy su población se ha disparado, alcanzando más de 22.000 ejemplares según el último censo de la ONG SEO/Birdlife. Estas aves se concentran principalmente en Madrid, Cataluña y Andalucía, donde ya son un problema ambiental y de seguridad.

Impacto en la biodiversidad y la infraestructura

Las cotorras construyen enormes nidos que pueden superar los 100 kilos y afectar árboles, tendidos eléctricos e incluso la seguridad de los transeúntes en parques urbanos. Además, desplazan a especies autóctonas más pequeñas, generando un desequilibrio ecológico difícil de revertir.

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Los especialistas coinciden en que la clave está en frenar el comercio ilegal y la liberación de mascotas exóticas. (msn.com)
Los especialistas coinciden en que la clave está en frenar el comercio ilegal y la liberación de mascotas exóticas. (msn.com)

Daños en la agricultura

Más allá de las ciudades, el avance de estas aves en zonas rurales preocupa cada vez más. En distintas regiones, los agricultores han reportado pérdidas significativas en olivares, viñedos y campos de cereales, donde las aves consumen frutos, brotes y semillas. Además del impacto directo en la producción, estas especies invasoras generan daños colaterales al romper ramas, deteriorar sistemas de riego y competir con aves nativas por recursos alimenticios.

Este fenómeno está generando un dilema complejo: por un lado, existe la necesidad de proteger la biodiversidad y evitar medidas extremas contra la fauna; por el otro, los productores exigen soluciones rápidas para salvaguardar sus cosechas y mantener la estabilidad económica del sector agrícola.

Métodos de control: polémica y desafíos

Zaragoza logró reducir drásticamente su población con estrategias como el uso de anticonceptivos en los huevos y la retirada de nidos. Sin embargo, los expertos advierten que estas soluciones deben evaluarse cuidadosamente para no afectar a otras especies y garantizar un equilibrio ético y ecológico.

Atajar el problema desde la raíz

Los especialistas coinciden en que la clave está en frenar el comercio ilegal y la liberación de mascotas exóticas. Mientras siga habiendo demanda de aves como animales de compañía, el riesgo de nuevas especies invasoras persistirá.