Detectan síndrome de la nariz blanca en murciélagos: el hallazgo en el Parque Histórico Nacional de la Isla San Juan preocupa a los científicos, ya que esta enfermedad fúngica ha causado la muerte de millones de mamíferos voladores en Norteamérica desde 2006.

Murciélagos infectados con el hongo Pseudogymnoascus destructans fueron identificados en el Parque Histórico Nacional de la Isla San Juan, en el estado de Washington (EE.UU.). Tres ejemplares de la especie Yuma Myotis dieron positivo a la enfermedad conocida como síndrome de la nariz blanca, que se manifiesta como una pelusa blanca en el rostro y las alas de los animales.

Una amenaza para los murciélagos y los ecosistemas

El síndrome provoca deshidratación, pérdida de electrolitos y, en muchos casos, la muerte de los murciélagos afectados. Desde su detección inicial en 2006 en Nueva York, la enfermedad ha causado la muerte de millones de ejemplares en Norteamérica, generando un declive de más del 90% en especies como el murciélago pardo pequeño, el orejudo norteño y el tricolor.

Los murciélagos cumplen un rol fundamental en la salud de los ecosistemas: son polinizadores, controlan plagas agrícolas por un valor estimado en 3.700 millones de dólares al año y su guano funciona como fertilizante natural.

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Cómo se propaga la enfermedad

El hongo responsable se transmite principalmente por contacto entre murciélagos. Aunque no afecta a los humanos, las personas pueden dispersar las esporas en la ropa o el calzado, lo que aumenta el riesgo de propagación hacia nuevas zonas.

Por este motivo, las autoridades del Parque Nacional recomiendan no tocar ni recoger murciélagos heridos o muertos y reportar cualquier hallazgo al personal especializado. Además, insisten en desinfectar ropa y equipos después de visitar cuevas o refugios naturales.

Primer caso en San Juan

Este es el primer caso documentado en el condado de San Juan, aunque el estado de Washington ya había registrado murciélagos infectados en 2016. El parque alberga 10 de las 14 especies conocidas en la región, lo que aumenta la preocupación por un posible brote mayor.

Monitoreo constante

Cada primavera, los científicos monitorean a los murciélagos al salir de la hibernación para detectar posibles contagios. Aunque el síndrome no afecta directamente a las personas, algunos murciélagos pueden portar enfermedades como la rabia, por lo que se recomienda no interactuar con ellos.

La expansión del síndrome de la nariz blanca refuerza la importancia de la vigilancia científica y la cooperación ciudadana para proteger a estas especies vitales para el equilibrio ambiental.