Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en colaboración con la fundación Schmidt Ocean Institut, una ONG norteamericana dedicada a la investigación oceanográfica, llevan a cabo una expedición llamada Oasis Submarinos del Cañón de Mar del Plata: Talud Continental IV que se transmite en vivo por el canal de YouTube de Schmidt Ocean.

Se trata de una campaña que permite ver las profundidades del mar argentino, lo que generó expectativa y furor entre los usuarios de la red social X por la biodiversidad que dejó ver.

El Mar Argentino, más vivo que nunca

Durante una expedición liderada por el CONICET y el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), se utilizaron vehículos submarinos no tripulados (ROV) para explorar las profundidades del Cañón de Mar del Plata. Allí, en la penumbra del océano, aparecieron seres que parecen sacados de otro planeta: pulpos de cristal, peces bioluminiscentes y esponjas gigantes.

Estas especies marinas, muchas de ellas desconocidas o muy poco documentadas, habitan un ecosistema tan frágil como fascinante, que hasta ahora permanecía casi inexplorado.

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La transmisión formó parte de la campaña Talud Continental IV (Foto: Captura YouTube Schmidt Ocean)
La transmisión formó parte de la campaña Talud Continental IV (Foto: Captura YouTube Schmidt Ocean)

Un tesoro oculto bajo el agua

La biodiversidad de las profundidades del Mar Argentino es clave para comprender la salud de nuestros océanos. Estas zonas actúan como sumideros de carbono, reguladores del clima y refugios para cientos de especies. Preservarlas es fundamental en un contexto de crisis climática y contaminación plástica.

Los expertos insisten: cuidar el océano no es una opción, es una urgencia.

Protejamos lo que no vemos

Este descubrimiento no solo emociona, también interpela. ¿Cómo proteger aquello que ni siquiera sabíamos que existía?. Difundir este tipo de hallazgos es clave para generar conciencia, presionar por áreas marinas protegidas y reducir la explotación indiscriminada de nuestros mares.

Porque mientras en la superficie debatimos sobre el futuro, allá abajo, el futuro ya está latiendo.