“Perejil gigante”: la planta que quema la piel al tocarla

“Perejil gigante”: la planta que quema la piel al tocarla responde a una especie exótica invasora que está generando alerta en Europa por su impacto en la salud humana y el medio ambiente. Se trata del Heracleum mantegazzianum, también conocida como “perejil gigante”, una planta que puede provocar lesiones severas si se la toca o manipula sin protección.

¿Qué es el perejil gigante?

El Heracleum mantegazzianum es una planta herbácea de gran tamaño, originaria de la región del Cáucaso y Asia Central. Fue introducida en Europa a fines del siglo XIX como especie ornamental por su aspecto imponente, pero con el tiempo se volvió invasora, desplazando especies nativas y representando un riesgo tanto ecológico como sanitario.

¿Dónde se encuentra esta planta tóxica?

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El Heracleum mantegazzianum es una planta herbácea de gran tamaño, originaria de la región del Cáucaso y Asia Central. (PINTEREST)

Actualmente, el perejil gigante se encuentra en diversas regiones de Europa, incluidos Italia, Alemania, Inglaterra, Francia, España, Noruega, Estonia, Irlanda y Bélgica. También hay registros en Estados Unidos. Suele crecer en ambientes húmedos como los bordes de ríos, senderos, bosques y zonas rurales, donde puede extenderse rápidamente.

Cómo reconocer al “perejil gigante”

Según el Jardín Botánico Lorenzo Rota (Bérgamo), esta planta puede alcanzar hasta 4 metros de altura. Tiene tallos gruesos con manchas púrpuras y pelos rígidos, hojas dentadas de gran tamaño y flores blancas agrupadas en forma de paraguas, con un diámetro que puede llegar a los 50 centímetros. La floración ocurre entre junio y agosto.

Un detalle importante: los pecíolos —la parte que une la hoja al tallo— están cubiertos de espinas, lo que la hace aún más peligrosa al tacto.

¿Por qué es peligrosa?

El mayor riesgo del perejil gigante está en su savia. Esta sustancia contiene furanocumarinas, compuestos orgánicos que al entrar en contacto con la piel y exponerse a la luz solar o rayos UV pueden generar:

Quemaduras de segundo grado
Ampollas dolorosas
Inflamación severa
Cicatrices permanentes

Si la savia entra en contacto con los ojos, puede provocar ceguera temporal o permanente. Estas reacciones se deben a que las furanocumarinas penetran en las células de la piel y alteran su ADN, llevándolas a la muerte celular.