Araña marina: se encontraron pistas sobre la evolución de los artrópodos que sorprenden. Científicos logran secuenciar por primera vez el genoma completo de Pycnogonum litorale, una especie clave para entender cómo evolucionaron los quelicerados
Las arañas marinas, extrañas criaturas de múltiples patas que habitan el fondo del mar, han desconcertado durante años a la ciencia. Ahora, un grupo internacional de investigadores logró un avance histórico: secuenciar por primera vez el genoma completo de una de estas especies, Pycnogonum litorale. Los resultados abren nuevas pistas sobre el desarrollo evolutivo de los artrópodos de ocho patas, entre ellos las arañas terrestres, los escorpiones y los cangrejos herradura.
Un mapa genético que cambia lo que sabíamos
Publicado en la revista BMC Biology, el estudio destaca que el genoma de P. litorale tiene una estructura única: carece del gen abdA, clave en la formación del abdomen en otros artrópodos. Esta ausencia explicaría por qué estas arañas marinas no tienen abdomen, y en su lugar, distribuyen sus órganos internos en las patas. Un rasgo anatómico muy inusual que podría estar relacionado con una estrategia evolutiva de supervivencia.
Tecnología de punta para una especie olvidada
El proyecto fue liderado por científicos de la Universidad de Viena y la Universidad de Wisconsin-Madison, quienes utilizaron herramientas de secuenciación de última generación como Oxford Nanopore y PacBio. El resultado fue un genoma de alta calidad, compuesto por 471 millones de bases distribuidas en 57 pseudocromosomas.
Lo sorprendente es que, a diferencia de otros quelicerados que duplicaron su genoma completo durante la evolución (como escorpiones y arañas comunes), P. litorale mantuvo una estructura más similar a la de sus antepasados, lo que la posiciona como un punto de referencia único en el árbol evolutivo.
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Una criatura sin abdomen… ni duplicación genética
La pérdida del abdomen no es la única rareza. Este estudio también confirma que las arañas marinas no pasaron por una duplicación completa del genoma, proceso que en otros invertebrados permitió el desarrollo de nuevas funciones y estructuras. Este detalle sugiere que Pycnogonum litorale representa una forma más “primitiva” o conservada dentro del grupo de los quelicerados.
Comprender cómo evolucionaron estos animales puede aportar pistas valiosas para otros campos: desde el desarrollo de nuevos medicamentos hasta el estudio de vectores de enfermedades, como garrapatas y ácaros, que también son quelicerados. Además, permite analizar cómo surgieron estructuras corporales en los artrópodos, el grupo de animales más diverso del planeta.
Un nuevo capítulo para la biología evolutiva
El análisis del genoma de P. litorale no solo amplía nuestra comprensión sobre las arañas marinas, sino que también invita a repensar las narrativas tradicionales sobre la evolución de los invertebrados. Lo que parecía una criatura marginal del océano podría tener las respuestas a preguntas fundamentales sobre el origen, la forma y la diversidad de los artrópodos.