Las industrias poseen responsabilidades de gran importancia con respecto a detener el origen de la contaminación en el ambiente. No obstante, continúan con todas las prácticas habituales manteniendo como argumento que eso es lo que desean los consumidores, y la verdad es que muchos de ellos quieren un cambio. Es por esta razón que es indispensable comprender todos los fundamentos básicos para ser un consumidor responsable.

Los problemas ocurren cuando se cumple lo que es la regla de las ofertas y de las demandas, en donde las industrias harán todo lo posible para incrementar la cantidad de productos que las personas desean. Pero si los consumidores quieren que los productos que más adquieran no contaminen el ambiente, provocará que las industrias tengan la obligación de cambiar su producción.

De esta manera, se convierte en una estrategia que hará que los productos estén a favor del consumo responsable y las industrias atraerán más clientes.

Entonces, se tiene como consumo responsable aquella conducta consciente para incluir los criterios bien sea a nivel social, ética o también ambiental, aplicados al momento de consumir y adquirir productos.

Informarse sobre los productos que se compran

Para ser un consumidor responsable, es importante conocer el origen que tienen los alimentos que se ingieren, tanto en lo que se refiere al impacto ecológico de su producción, como sus condiciones a nivel laboral. Pero no solo eso, también se debe conocer acerca de los efectos que tienen dentro de la soberanía alimentaria en los países adyacentes.

Encontrar información acerca de donde provienen los alimentos es muy sencillo. En Internet, existen muchas webs donde el consumidor puede consultar todo lo referente a este tema. Y también hay una amplia variedad de documentos que suelen aparecer dentro de los enlaces recomendados.

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Defensa de los derechos del consumidor

Todo consumidor cuenta con ciertos derechos que tienen que ser exigidos, y conocerlos implica comunicarse con las asociaciones de los consumidores. Sobre todo cuando se trata de la transparencia de la información, acerca de los alimentos que se compran. Donde necesita tener un etiquetado en el que se especifique de donde proceden dichos alimentos, la cantidad de aditivos, y demás información.

Existe la oportunidad de denunciar toda la publicidad que sea engañosa, como por ejemplo ocurre con productos funcionales que alegan efectos positivos en la salud. Pero que dichos efectos no han sido demostrados por algún científico, que verdaderamente corrobore que son ciertos.

Cambiar los hábitos en el consumo

Otra de las cosas importantes que se deben hacer para ser un consumidor responsable es cambiar los hábitos en el consumo. Es evidente que la alimentación influye en gran medida en la salud en general. Por lo tanto, el cuerpo necesita una dieta libre de transgénicos, elementos tóxicos, pero sobre todo que sea saludable y equilibrada.

Aplicar el consumo responsable dentro de la alimentación no es tan complicado. Una buena idea es consumir alimentos que sean de temporada y que provengan de cultivos orgánicos. Los cuales respetan el ciclo vital que tienen los vegetales, al igual que de las variedades que se adaptan a las condiciones del ambiente. Muchos campesinos aún conservan la sabiduría que les ha sido transmitida por generaciones, así el producto que se obtiene es de buena calidad y no daña el ambiente.

Así mismo, se debe dar prioridad a la compra de los alimentos más frescos. En dado caso que se trate de productos transformados, el consumidor tiene que escoger los que se encuentren más cerca del productor. Quiere decir, que el procedimiento de fabricación de estos alimentos tiene que ser sostenible, y también seguir los criterios de la justicia social. Evitando así adquirir productos que promuevan el consumo insano, sin responsabilidad y de comercio injusto.

Comprar en los mercados locales también es una manera de ser un consumidor responsable. Esto se debe a que fomenta el desarrollo de la economía local, impulsan el tejido a nivel social y le dan un mejor sentido a las relaciones dentro a nivel comunitario.

Escoger productos y también servicios cerca del hogar

El consumo responsable tiene que ver con dar prioridad a la ingesta de productos frescos y de origen local. De esta manera, se disminuye el uso de transporte innecesario, sobre todo cuando se trata de recorrer largas distancias. Hacer esto también ayuda a potenciar la producción de alimentos de temporada en la localidad.

Es más, si se consumen los productos de sitios cercanos y que provengan de una agricultura ecológica, ayuda a fomentar el mantenimiento para la biodiversidad. Lo que evita un mayor impacto hacia los ecosistemas, y son productos más sanos porque no contienen compuestos tóxicos ni transgénicos.

Si un consumidor quiere disponer de estos alimentos de temporada durante todo el año, puede preparar sus propias conservas o mermeladas. Que servirán para autoabastecerse, sin la necesidad de depender de los productos que provienen de países o localidades lejanas. O también es posible cultivar estos productos en un invernadero casero, donde se mantenga el objetivo de incrementar la productividad.

Escoger productos que sean ecológicos

Será necesario escoger productos que provengan de un cultivo responsable o ecológico, manteniendo el ciclo vital que requieren las plantas, potencien la biodiversidad, que lleven una buena gestión del suelo, al igual que del agua. Alimentos como estos no generan ningún tipo de contaminantes, ya que no requieren de productos químicos como los fertilizantes. Los cuales podrían acumularse dentro del ecosistema y afectar gravemente el cuerpo humano.

En lo que se refiere al consumo responsable de la carne, lo principal que se debe tener presente, es que sea un producto que provenga de granjas ecológicas. De esta manera se tiene la seguridad que los animales, tienen unas condiciones de vida que estén acordes con el bienestar. Donde se trata a los animales con respeto, no se utilizan piensos que provengan de monocultivos, entre otras cosas.

Como consumidor de pescado, es de gran importancia que los productos que se escojan sean obtenidos de gestiones sostenibles. Pero también que provengan de lugares donde se evite el agotamiento de recursos marinos.

Reducir el consumo

Para ser un consumidor responsable, se necesita disminuir la cantidad excesiva de grasa en los alimentos, de proteína animal y de lácteos. El principal motivo es que son productos que afectan negativamente a la salud, y generan daños importantes en el ambiente.

Además de esto, se tiene que evitar el consumo de los alimentos envasados o embalados, sobre todo aquellos que no sean sencillos de reutilizar. Así mismo, se debe rechazar el uso de las bolsas elaboradas con plástico, ya que es mejor optar por las bolsas de tela que pueden ser usadas varias veces. Disminuir la ingesta de alimentos procesados es fundamental. Estos poseen muchos aditivos, estabilizantes y una variedad de conservantes, nocivos para el organismo humano.

Apoyar a compañías e instituciones sostenibles

Actualmente, las leyes internacionales del mercado, suponen tener el control de la alimentación en todo el mundo. Pero esto se encuentra relacionado con el empobrecimiento de muchos campesinos, el control de las patentes en la biodiversidad y la falta de control en el uso de productos tóxicos al igual que transgénicos.

El consumo responsable no solo tiene que ver con lo que se adquiere o la reutilización de los productos, también es mostrar desacuerdo frente al daño que ocasionan las industrias en el ambiente. Esto se refiere al hecho de participar en eventos que inviten a las instituciones a realizar cambios dentro del sector, o que tomen en cuenta los problemas ecológicos. Que como bien se sabe, son ocasionados por la amplia mutilación en el sector alimenticio.

Colaborar con los proyectos para el consumo responsable

Son muchas las alternativas que existen para llevar a cabo un consumo responsable, y la mejor manera de hacerlos es aplicando alguno de los puntos antes mencionados. Esto se debe a que son participaciones como consumidor, que fomentan la transformación para un modelo más sostenible, al igual que equitativo con la sociedad.

Otras excelentes maneras de ser un consumidor responsable son colaborar en la producción de los huertos urbanos, utilizar recetas para preparar alimentos que sean de temporada, entre otras cosas.

Construir alternativas para el consumo

Ser una persona con iniciativa es una buena manera de ser un consumidor responsable, crear cooperativas para la producción ecológica o grupos de consumo sustentable son una buena manera de ayudar al planeta. Entre los fundamentos generales en los que se debería basar estas organizaciones podría ser, establecer una relación más cercana entre las personas y todo lo que consumen. Pero también sería buena idea fomentar la producción y el consumo local, o promover una vida digna para todos los que producen esos alimentos.

Asociarse con alguna cooperativa del comercio justo es otra gran idea, así se tiene una mejor seguridad de que los alimentos provienen de lugares cercanos, sumando también la seguridad de saber que se ha mantenido el respeto por la soberanía alimentaria en los pueblos. De esta manera, aunque se potencie el consumo responsable de los productos locales, también se determina el consumo de los productos en territorios más cercanos.

Fuente:

Greenpeace

Mercado Libre

Grupo de consumo canastos

Ecointeligencia