La PIF, el “COVID” felino que preocupa a veterinarios: la enfermedad en sí no es contagiosa, pero lo que se transmite entre gatos, es la versión no mutada del coronavirus entérico felino (FECV). El problema aparece cuando ese virus común se transforma en su forma peligrosa dentro de un gato infectado.

Los gatos pueden contagiarse de las siguientes maneras:

Los gatitos suelen contraerlo de su madre durante la lactancia o el acicalamiento. El virus se elimina principalmente a través de las heces, por lo que las cajas de arena compartidas son una de las principales fuentes de transmisión.

Los platos de comida, el acicalamiento o la saliva también pueden propagarlo entre gatos y en menor medida, las gotas respiratorias pueden tener un papel.

Según WebMD, una vez que un gato contrae el coronavirus entérico, puede eliminarlo durante semanas o incluso toda su vida. La mayoría permanece sana, pero algunos desarrollan la mutación mortal que causa la PIF.

¿Tu gato puede tener ansiedad? Señales que no deberías ignorar

El coronavirus felino que causa la PIF preocupa a veterinarios y dueños: te contamos cómo se contagia, cuáles son los síntomas y qué podés hacer para prevenirla. (Imagen: Pinterest)

Cómo proteger a tu gato

Hasta hace poco, la PIF era considerada una enfermedad casi siempre fatal. Sin embargo, hoy existe un antiviral llamado GS-441524, capaz de curar la infección en muchos casos.

Aun así, los gatos que superan la enfermedad suelen mantener su sistema inmune sobreactivado, algo similar a lo que ocurre con el Long COVID en humanos. Por eso, la prevención sigue siendo la mejor estrategia.

Aunque la PIF no es directamente contagiosa, el virus que la provoca puede circular fácilmente en hogares o refugios donde conviven varios gatos. Por eso, la prevención es clave para mantener a tu gato sano y con un sistema inmune fuerte.

1. Evitá mantener demasiados gatos en un mismo espacio

Los entornos con muchos gatos —como criaderos, refugios o casas con varias mascotas— aumentan las probabilidades de contagio del coronavirus felino. El hacinamiento genera estrés, facilita el contacto con heces infectadas y eleva el riesgo de mutaciones del virus. Si tenés varios gatos, asegurate de que cada uno cuente con su propio espacio de descanso, juego y alimentación.

2. Mantené las cajas sanitarias y los comederos separados

La PIF se origina a partir de un virus intestinal, por lo que la higiene del entorno es fundamental. Limpiá las cajas sanitarias todos los días y, si hay más de un gato, colocá una caja por gato más una adicional (por ejemplo, tres cajas si tenés dos gatos). También es importante lavar los platos de comida y agua con frecuencia, evitando que se compartan entre ellos.

3. Promové una buena salud general

Un sistema inmunitario fuerte puede marcar la diferencia. Llevá a tu gato a controles veterinarios regulares, mantené al día las vacunas y desparasitaciones, y ofrecé una alimentación equilibrada adaptada a su edad y condición física.

4. Reducí el estrés y cuidá su bienestar emocional

El estrés es uno de los factores que debilita el sistema inmune y puede favorecer la activación del virus. Asegurate de que tu gato tenga rutinarios horarios de comida, lugares tranquilos para descansar, juegos diarios y estímulos mentales. Evitá los ruidos fuertes y las mudanzas o cambios bruscos sin una adaptación gradual.

5. Controlá el ingreso de nuevos gatos al hogar

Si vas a adoptar o acoger un nuevo gato, es recomendable mantenerlo aislado durante unas semanas, hacerle un chequeo veterinario completo y descartar infecciones activas antes del contacto directo con los demás.

Importante

Este artículo tiene fines informativos y no reemplaza la atención veterinaria profesional. Aunque las investigaciones emergentes comparan la PIF felina con afecciones post-virales como el Long COVID, las similitudes aún se están estudiando y deben interpretarse con cautela. Ante cualquier síntoma o duda, consultá siempre con tu veterinario de confianza.