Descubren qué hay dentro de la Luna tras años de misterio: durante décadas, el interior del astro nocturno fue un enigma para la ciencia. Desde las primeras misiones espaciales, los investigadores habían formulado múltiples hipótesis sobre qué se escondía en su corazón, pero ninguna había logrado confirmarse con precisión.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la prestigiosa revista Nature arroja luz sobre este misterio y confirma una teoría propuesta por la NASA en 2011: el núcleo de la Luna no solo tiene una capa externa fluida, sino también una región interna sólida, con una densidad muy similar a la del hierro terrestre.
¿Qué hay en el núcleo de la Luna?
El trabajo, liderado por el investigador Arthur Briaud del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), revela que el núcleo lunar está compuesto por dos capas diferenciadas:
- Una capa externa fluida con un radio aproximado de 362 kilómetros.
- Un núcleo interno sólido de unos 258 kilómetros de radio.
La densidad de este núcleo sólido fue estimada en 7.822 kg/m³, lo que sugiere una composición rica en hierro. Esta similitud con el núcleo terrestre refuerza la teoría de que la Tierra y la Luna comparten un origen común y una evolución geológica vinculada.
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Un hallazgo que reescribe la historia lunar
Este descubrimiento no solo resuelve una incógnita de más de 50 años, sino que también podría reescribir parte de la historia del sistema solar. La confirmación de un núcleo sólido ofrece nuevas pistas sobre la formación del campo magnético lunar y su evolución a lo largo de millones de años.
¿Cómo lograron el descubrimiento?
Para llegar a estas conclusiones, los científicos combinaron datos de misiones espaciales, experimentos sísmicos lunares, mediciones gravitacionales y variaciones en la distancia Tierra-Luna. Gracias a simulaciones avanzadas, lograron modelar con alta precisión el perfil interno del satélite.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos combinaron datos de misiones espaciales, experimentos sísmicos lunares, mediciones gravitacionales y variaciones en la distancia Tierra-Luna. Gracias a simulaciones avanzadas, lograron modelar con alta precisión el perfil interno del satélite.