Por Celeste Condoleo

¿Usas compresas o tampones desechables y tienes picazón, irritación, alergias o una menstruación muy abundante? Las toxinas de los químicos podrían ser la causa.

Las toallas, protectores diarios y tampones desechables están hechos de plástico tratado con procesos que incluyen blanqueadores, perfumes, geles y pesticidas como dioxina, asbesto, poliacrilato y rayón. Todos ellos están asociados a problemas de fertilidad, endometriosis, síndrome de choque tóxico, cáncer de ovario y cervical.

Esos mismos químicos contaminan la tierra y los océanos al ser desechados. El impacto ambiental de los productos de higiene menstrual es muy alarmante: para producirlos se deforestan bosques y se contaminan cursos de agua. Una vez utilizados, generan toneladas de desechos: 65 kilogramos de residuos al año por cada mujer. Los tampones tardan seis meses en degradarse, mientras que los protectores diarios y compresas, sus envoltorios y tiras adherentes tardan más de 500 años.

Una alternativa ecológica ante este problema son las compresas reutilizables hechas de tela, que tienen muchísimos beneficios para la salud y el ambiente.

Beneficios de las compresas de tela

- No contienen tóxicos y son totalmente hipoalergénicas, al estar hechas con algodón preferentemente orgánico.

- No producen irritaciones ni picazón en la piel. Tampoco alteran el pH vaginal.

- ¡No producen malos olores! La sangre menstrual no tiene mal olor. Lo que en ocasiones genera fuertes olores son los perfumes y químicos al entrar en contacto con la sangre.

- No generan residuos. Pueden durar hasta tres años si se siguen bien las instrucciones de cuidado. Al desecharlas, no contaminan el planeta.

- Son de bajo costo. Si haces la cuenta del dinero que gastas al comprar todos los meses las compresas desechables verás la cantidad que puedes ahorrar.

- Nos conectan con lo más natural e íntimo de nosotras mismas: nuestro cuerpo y nuestro sangrado.

Cómo se usan

Las compresas y protectores de tela se usan de la misma manera que las desechables, solo que se lavan y se vuelven a utilizar. Como todo cambio, al comienzo puede ser trabajoso, pero con el tiempo se vuelve muy sencillo.

Primero debes ponerla en remojo con agua fría durante un mínimo de dos horas. El agua retirará toda la sangre y la toalla quedará casi limpia. Luego puedes lavarla a mano o en el lavarropas y secarla al sol. Si te encuentras fuera de casa, puedes llevar una bolsita de tela para guardarla y lavarla al regresar. 

Puedes combinar el uso de las toallas de tela con otra alternativa sostenible: la copa menstrual. Hecha de silicona hipoalergénica, material inocuo para la salud, se inserta por el canal vaginal y contiene el sangrado. Puede usarse entre 8 y 12 horas y tiene una vida útil de hasta 10 años. La copa también nos invita a conectarnos con la sangre menstrual: observar su color, su textura, su cantidad. 

Tanto la copa como las compresas de tela nos permiten responsabilizarnos y cuidar nuestros dos hogares: nuestro cuerpo y nuestro planeta tierra. Nos ayudan a tomar consciencia del ciclo hormonal y amigarnos con la sangre menstrual, que es un signo vital y un reflejo de la salud de nuestro organismo. 

Fuentes:

Ginecosofia

Terapia Menstrual

Rutina sustentable

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