Seguramente has escuchado hablar de la importancia de “salir de la zona de confort”.

Básicamente, el concepto es que los humanos preferimos quedarnos en una situación “cómoda” (en el sentido que nos hace sentir seguros de cómo funcionan las cosas), incluso aunque no nos haga feliz. Porque el miedo al cambio nos detiene en el mismo lugar.

Las certezas que nos brinda la zona de confort nos impiden probar cosas nuevas, arriesgar, ir por todo lo que soñamos.

Si eres de los que creen que necesitan un cambio en su vida, si quieres tomar la decisión de hacer algo grande pero te mueres de miedo, quizá deberías revisar cuántos de estos pensamientos están pasando por tu cabeza ahora mismo.

1. “Todo a mi alrededor indica que estoy haciendo las cosas bien”

Pensar así tiene que ver con el sesgo de confirmación, un mecanismo que usa la mente para salvarnos de la duda constante. Básicamente, se trata de una tendencia a focalizar la atención en aquello que confirma nuestras creencias, y olvidando aquellas que cuestionan nuestro estilo de vida.

Entonces, no te confíes si piensas que todo lo que te rodea te impide salir de tu zona de confort, ni si tienes argumentos sólidos para quedarte donde estás. Es solo tu sesgo de confirmación ignorando los argumentos en contra de tus creencias.

2. “Siempre hice las cosas así y tan mal no me ha ido”

Este pensamiento tiene que ver con el llamado sesgo de anclaje. Este concepto es especialmente usado en el marketing, y describe la tendencia habitual de la gente a depender excesivamente de la primera información que recibe en un cierto tema (el “ancla”) a la hora de tomar decisiones.

Es decir, que una vez que el ancla ha sido establecida, el resto de información se procesa relativa al ancla, y hay una tendencia a permanecer cerca de ella. Por eso, todo lo que se aleje de la información que ya tenemos nos resulta dudoso, no nos da suficientes garantías.

Incluso, aunque la información que nos mantiene “anclados” sea errónea, nos aferraremos a ella. Haz un ejercicio de introspección para descubrir qué ideas te están anclando donde estás ahora e intenta cambiarlos.

3. “Más vale malo conocido que bueno por conocer”

Muchas veces, casi sin darnos cuenta, terminamos eligiendo aquello que conocemos mucho más que aquello que queremos. Se trata del “efecto laguna de exposición”. En muchos casos, esto viene marcado desde la infancia: si nuestros padres nos trataron de tal manera, tendemos a apreciar a cualquiera que nos trate igual.

Pero de adulto, también sucede. La política, la publicidad y el marketing lo saben muy bien. Está probado que es mucho más fácil, por ejemplo, conseguir que una persona vuelva a comprarte un producto que conseguir un comprador nuevo.

Por eso, solemos optar por repetir aquello que nos resulta conocido, y así nos impedimos conocer algo mejor.

4. “Algún día voy a concretar mi sueño”

Muchas veces, al sentir que no tenemos herramientas para hacer aquello que soñamos, nos encerramos en nuestros pensamientos. Entonces se genera una disociación entre lo que pensamos y lo que hacemos.

Al decir “algún día voy a ganar la lotería” nos sentimos tranquilos, pero nunca compramos el billete. Simplemente, nos quedamos en el plano de la fantasía y sentimos que estamos logrando el objetivo, cuando ni siquiera hemos empezado.

Piensa por un momento si estás haciendo algo, aunque se pequeño, para acercarte a aquello que sueñas. Si no, ¿Por qué no empezar ahora?

5. “Más vale pájaro en mano que 100 volando”

Este dicho popular tiene un fuerte arraigo en muchos de nosotros: se trata del miedo a la pérdida. En general, nos preocupa más lo que podemos perder con una acción que lo que podemos ganar.

En parte, este miedo sucede porque ponemos parte de nuestra identidad en aquello que poseemos, en lo que construimos: nos da seguridad. Pero nos impide la posibilidad de obtener cosas grandes, porque para llegar a ellas siempre hay que arriesgar.

Por eso, si este pensamiento viene a ti, debes saber que necesitas cambiarlo para lograr tus sueños.

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¿Qué opinas? ¿Cuántos de estos pensamientos te impiden salir de tu zona de confort?