“Amo el canto del cenzontle,
 pájaro de cuatrocientas voces.
 Amo el color del jade
 y el enervante perfume de las flores,
 pero amo más a mi hermano: el hombre” 

 El poema atribuido a Nezahualcóyotl, uno de los gobernantesmás grandes de la época prehispánica, es una dedicatoria a todos los seresvivos, a la naturaleza y sobre todo a la parte más autentica y natural de loshumanos. Una muestra de que podemos vivir en armonía, que las voces de los pájarosy el perfume de las flores son parte de nuestra existencia y que pasarlas poralto es similar a no vivir.  

Niña maldiva con ojos color agua

Junto a la naturaleza, el hombre ha demostrado su valor, pero también ha creado una identidad. Los ojos de cada persona, sus expresiones y pensamientos reflejan un universo propio, y es en la fotografía en la que podemos encontrar esas discrepancias. Ya sea en un retrato con tanta fuerza que te obligue a verlo por horas, o en las imágenes de personas que interactúan con la naturaleza, en la ciudad o con otras personas.  

Pareja en el Parque Nacional de las Secuoyas

Algunas de estas fotografías fueron tomadas por profesionales, otras por fotógrafos amateurs y otras incluso son parte de una colección personal e íntima que esa persona decidió compartir en alguna de las muchas comunidades de fotógrafos en todo Internet. Dolor, pasión, belleza, naturaleza y sobre todo, humanidad. Eso es lo que estas imágenes representan.

Hombre meditando en el Río Ganges

Hombre ciego de Pakistan

Posibles hermanos en el mercado de Bangan, Filipinas

Descansando en el desierto del Sahara

Hombres arriba de un edificio en Sao Paulo en los años sesenta

Una familia disfrutando su vida en el campo

Amigos viendo el amanecer

Hombre de una tribu de Papúa Nueva Guinea

Artista preparándose para subir al escenario

Griegos ayudando a un bote con refugiados

Caminando por el norte de Italia

Ascenso en el Monte Everest en un día claro

Activista tailandés ofreciendo una rosa a un soldado

"No debemos amar a los hombres, sino a la llama que no es humana y que los hace arder. No debemos luchar por la humanidad, sino por la llama que transforma en fuego a esta paja húmeda, inquieta, ridícula, a la que llamamos Humanidad".

- Nikos Kazantzakis