Perder y perdersetiene un halo negativo. Esa sustracción de lo que no somos o no logramos, deinestabilidad y confusión debería ser revisitada para demostrarnos que a veces,es lo que no vemos lo que en realidad cuenta. “Hay una grieta en todo, así escomo la luz puede entrar” dijo Leonard Cohen alguna vez. Es en la oscuridaddonde encontramos la luz y es perdidos como aprendemos a apreciar lo que somosy hacemos.  

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Esa negatividad debe convertirse en una fuente de creación y superación, pues perderse es entregarse al azar y a caos. Implica movimiento en todas direcciones e incluso pone una meta final, regresar a un lugar anhelado o encontrar un sitio al cuál pertenecer.

Perderse es algo que todos deberíamos hacer, perdernos física y espiritualmente, perdernos en el camino de la vida y en nuestra ciudad, encontrarnos perdidos en el mundo y poco a poco, desde la extrañeza regresar como alguien completamente nuevo.   

Perderte te obliga a apreciar lo que tienes

Ese encuentro con lo desconocido nos obliga a poner las cosas en perspectiva, a darnos cuenta de que todo lo que teníamos antes no lo apreciábamos lo suficiente y ahora, sea en otro lugar del mundo o después de perder el sentido de lo que hacemos, anhelamos el pasado. Perderse obliga a la persona a recapacitar acerca de su forma de relacionarse con su entorno y la gente que conoce.   

Perderte te obliga a aprender nuevas cosas

Imagina perderte en el bosque o en una ciudad completamente nueva para ti. Dejar que el pánico se apodere de ti sólo hará que la situación sea mucho peor, en realidad lo que necesitas es concentrarte y dejar que tu mente se calme y observe. Te obligarás a aprender un camino que te saque de ahí o te lleve a un lugar seguro, incluso te sorprenderás haciendo cosas que nunca creíste que estaban en ti.  

Por otro lado imagina perder el trabajo de tus sueños, ahora debes obligarte a probar cosas nuevas, ya sea para conseguir otro similar o cambiar el rumbo de tu vida.   

Perderte te obliga a prestar más atención

Cuando nos perdemos necesitamos estar alertas, no podemos rodar y dejarnos llevar por la corriente. Es un momento de vulnerabilidad, pero también de tenacidad, pues debemos encontrar la manera de provocar un cambio y ante eso, nuestros sentidos se ponen en alerta. Perderse en sentir el peligro inminente, ya sea de la soledad o del paso del tiempo, pero sin duda es algo que nos hace mucho más atentos ante lo que sucede en nuestra vida.   

Perderte te hace crecer

Tener todo a petición nuestra no nos deja crecer. Lamentablemente es en los malos momentos en que descubrimos de lo que estamos hechos y al perdernos descubrimos que nuestras capacidades son mucho mejores de lo que suponíamos. Dicen que estar en lo más profundo de un agujero es bueno, porque ya no hay otra cosa que hacer más que comenzar a subir y es lo mismo con perderse, cuando lo aceptamos es cuando podemos empezar a encontrarnos.   

"Perderse no era una cuestión de geografía sino de identidad, un deseo apasionado, incluso una necesidad urgente, convertirse en nadie y en cualquiera, sacudirse los grilletes que recuerdan quién eres, quiénes creen los demás que eres tú”. -Rebecca Solnit