El avance imparable de los smartphones y las tablets ha tenido efectos muy positivos en la sociedad. Ahora estamos más cerca que nunca de nuestros seres queridos, incluso si vivimos a grandes distancias, y tenemos un mundo de información inmediatamente a nuestro alcance.

Como resultado, muchos padres han tomado la costumbre de darles a sus hijos una tablet o smartphone para calmarlos cuando están de mal humor, o mientras necesitan atender otros asuntos.

No estamos aquí para juzgar a los padres, cuidar a niños pequeños consume mucha energía física y emocional, pero también es importante asegurar el desarrollo adecuado durante esta etapa tan crucial, y el exceso de tecnología puede dificultar el proceso.

A continuación, te contamos 5 razones por las que las tablets y los smartphones son la forma equivocada que calmar a los niños.

1. Interfieren con el sueño

Los teléfonos inteligentes tienen un potencial muy alto para interferir con el sueño de los usuarios. Existe amplia evidencia de que la luz no natural de las pantallas interrumpe la melatonina, una hormona que influye en el ciclo de sueño, causando problemas para dormir.

Siendo una de las columnas más importantes de la salud, la falta de sueño apropiado puede llevar a nuevos malestares y enfermedades.

2. Son adictivos

Aunque este fenómeno está más estudiado en adolescentes, no cabe duda de que los niños pequeños también son vulnerables. En adolescentes, un estudio demostró que pueden generar adicción e incluso pueden alterar la estructura de su cerebro. Esta adicción estaba asociada con un aumento en el neurotransmisor ácido gamma-aminobutírico, o GABA.

Sin embargo, no es difícil darse cuenta de que los niños más jóvenes también pueden ser víctimas de esto. La mayoría de las aplicaciones están diseñadas para ser fáciles de navegar y adictivas, por lo que su uso excesivo puede llevar a la dependencia y a un problema mucho mayor del que había cuando le dimos el teléfono originalmente.

3. Incrementan los riesgos de obesidad

Una investigación de Harvard revela que los niños que pasan más de cinco horas frente a un teléfono inteligente tenían un 43% más de probabilidades que sus compañeros de ser obesos. En este sentido, los teléfonos inteligentes tienen un efecto parecido al de un televisor.

4. Los niños compiten con los teléfonos por la atención de los padres

Esta va dirigida a los padres que usan teléfonos mientras cuidan a sus hijos. Los niños pequeños y los teléfonos son enemigos naturales que compiten por la atención de los padres, de acuerdo con los hallazgos publicados en Child Development.

Los resultados indicaron que mientras más padres prestaban atención a sus teléfonos, peor se comportaban los niños para llamar su atención.

Incluso si evitas darle a tu hijo un teléfono inteligente hasta que sea mayor, el uso de su propio teléfono inteligente podría estar teniendo efectos negativos en su desarrollo conductual.

5. Deterioran la capacidad de atención

Un estudio determinó que los estudiantes universitarios presentaron un mejor rendimiento académico cuando estudiaron en una habitación en la que no tenían acceso al teléfono inteligente.

Si bien el fenómeno no aplicará exactamente de la misma manera en niños pequeños, ellos tienen una capacidad naturalmente menor para controlar sus impulsos que los adolescentes y adultos.

No es realista esperar que un niño no se distraiga con la presencia de un smartphone, así que lo mejor es retirarlo por completo de la habitación.

¿Qué hacer en vez de darles un teléfono?

- Inscríbelo en un deporte o cualquier actividad extracurricular en la que pueda desarrollar habilidades y destrezas.

- Escúchalo y préstale atención para que te cuente lo que piensa y siente.

- Apóyalo en tareas escolares o extracurriculares. Aprendan juntos.

- Una hora diaria de pantallas es suficiente.

Con esta información, puedes entender un poco mejor cómo los teléfonos inteligentes y tablets afectan el desarrollo de los niños, pudiendo tener consecuencias físicas y cognitivas importantes.

Fuente:

Childmind