Refutan vínculo entre paracetamol y autismo señalado por Trump- en abril de 2020, en la fase más crítica de la pandemia de COVID-19, el presidente de Estados Unidos sorprendió al público al recomendar la hidroxicloroquina, la exposición a la luz solar e incluso inyecciones de desinfectante como supuestas estrategias para combatir el virus. Estas declaraciones generaron alarma en la comunidad médica y científica, ya que carecían de respaldo clínico y podían poner en riesgo la salud de la población.
El expresidente defendió sus comentarios alegando que se basaban en historias positivas que había escuchado, pese a que la evidencia científica mostraba resultados contradictorios sobre la eficacia de estos tratamientos. Este episodio dejó en claro su enfoque poco convencional hacia la medicina y la ciencia.
Nuevo anuncio sobre paracetamol y autismo
En su segundo mandato, Trump ha reavivado la polémica científica con un anuncio aún más controvertido: el supuesto vínculo entre el consumo de paracetamol durante el embarazo y el desarrollo del autismo en los niños. Además, se promocionará la leucovorina, un derivado del ácido fólico, como tratamiento alternativo frente a esta condición.
Según informes de The Washington Post y Politico, el anuncio se realizará en un acto masivo del activista ultraconservador Charlie Kirk, conocido por difundir teorías de conspiración y desinformación, lo que añade un contexto político y social complejo a la declaración.
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La postura de la comunidad científica
Expertos en pediatría, neurología y farmacología coinciden en que no hay evidencia que respalde esta relación. El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y la percepción sensorial, y se considera un espectro debido a la variabilidad de síntomas y su intensidad entre diferentes personas.
Opinión de pediatras y neurólogos
Pedro Viaño, pediatra y miembro del Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría, describe la afirmación como “temeraria y sin base científica”. Begoña Huete, coordinadora del Grupo de Trabajo de Neurodesarrollo de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica, agrega que los estudios que sugieren alguna asociación entre paracetamol y autismo son limitados, de pequeño tamaño y no establecen causalidad.
Factores de confusión en estudios científicos
Beatriz Salazar, coordinadora del grupo de trabajo de Neuropsiquiatría de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, explica que variables como infecciones maternas durante el embarazo o predisposición genética podrían explicar la ligera asociación observada en algunos estudios. Además, enfatiza que el paracetamol sigue siendo uno de los fármacos más seguros y utilizados durante el embarazo para tratar dolor y fiebre.
Los estudios más rigurosos de instituciones como Harvard y el Hospital Monte Sinaí confirmaron que no existe evidencia de causalidad, aunque los hallazgos menores pueden ser malinterpretados por difusores de información no científica.
Estrategias políticas detrás de la desinformación
Celia Díaz-Catalán, investigadora del Instituto Complutense de Sociología, sostiene que los anuncios de Trump buscan desacreditar a las élites científicas y sanitarias, utilizando su autoridad política para imponerse por encima de la evidencia científica. Este tipo de mensajes, según Díaz-Catalán, se dirigen a amplios sectores de la sociedad para sembrar desconfianza en la ciencia.
José Miguel Carrasco, doctor en Salud Pública, advierte que la propagación de información falsa puede afectar la confianza de la población en medicamentos seguros y en políticas sanitarias avaladas por la evidencia. El resultado es un mayor riesgo de desinformación, con posibles efectos negativos en la salud pública a nivel global.