¿Cuántos seguidores tienes en Instagram? ¿Cuántos amigos/as tienes en facebook? Pero... ¿Con cuántos de ellos/as realmente tienes un vínculo?

Vivimos tiempos en que las cantidades importan, a veces, más de la cuenta. Pero cuando nos toca pasar por situaciones difíciles o, por el contrario, muy alegres, ¿con quién elegimos compartirlas? ¿A quiénes llamamos? ¿Quiénes realmente están allí con nosotros?

Seguramente a muy pocos. Y esto, no quiere decir que seamos más o menos "populares", sino que nos recuerda que construir (y mantener) un vínculo en el tiempo no es tan fácil como "agregar a un amigo" a tu vida.

[También te puede interesar: 4 cosas que debes hacer con alguien antes de comenzar una relación]

Entre tanta realidad y tanta virtualidad, ¿cómo saber cuándo un vínculo es real o no lo es? Conoce aquí algunas claves.

[También te puede interesar: 7 señales de que una amistad se ha vuelto tóxica]

1. Pasa el tiempo, y sientes que no

¿No te ha pasado acaso alguna vez sentir que ves a alguien luego de mucho tiempo y parece como si hubiera sido ayer? Hay vínculos tan fuertes que son capaces de perdurar en el tiempo. Pueden modificarse, variar, pero se mantienen.

Sabes que tranquilamente puedes tomar el teléfono y llamar a esa persona para contarle algo, y ella estará. No importa si ha pasado tiempo; se hará espacio para ti sin juzgarte, porque valora la relación que tienen, sin necesidad de decirlo. Hay como una especie de "lazo" que las une más allá de todo.

2. Te quiere como eres

Si un vínculo es real, ambas personas, juntas, también lo son. Ninguna necesita estar en "pose", simular algo que no es. Se sienten cómodas cuando se ven. No hay juicios ni prejuicios, simplemente aceptación. Eso no quiere decir ni que sean iguales ni que piensen de la misma manera todo el tiempo; sino que asumen que el otro es tal y como es. Y el amor, entonces, es un amor real, no idealizado.

3. Está contigo en los malos momentos

Para pasarla bien, pareciera que tuviéramos miles de vínculos. Pero cuando estamos tristes, no llamamos a cualquiera. Tampoco lloramos con cualquiera, ni dejamos que nos abrace o nos vea tan vulnerables. Hay algo de la propia intimidad que no le es dado a alguien con quien no tengamos un vínculo real. Por eso, ésta es una de las claves más importantes para diferenciar si tenemos con alguien, uno de esos vínculos de verdad que no se olvidan así como así.