No hay un solo aspecto de la vida de la mayoría de las personas que no se haya visto afectado por el aislamiento obligatorio al que nos hemos sometido. Todo para no contagiarnos y ser un foco de contagio. El COVID-19 ha transformado nuestra dinámica de vida.

Pero una de las situaciones que crea mayor preocupación es cómo ha impactado en la educación. Millones de niños y jóvenes en todo el mundo se han quedado sin asistir a las aulas de clases. Escuelas y universidades han tenido que cerrar sus puertas, muchas por primera vez en su historia; para resguardar de la salud de sus estudiantes y de su personal.

Sin embargo, si hay algo en lo que todos parecen estar de acuerdo es en que esta situación no debe impedir que los alumnos se queden sin estudios. Así, miles de profesores en el mundo han demostrado su vocación y han hecho posible lo que muchos creían impensable: enseñar en tiempos de pandemia.

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¿Cómo se ha mantenido la enseñanza a distancia?

En la mayoría de los países del mundo, las cuarentenas fueron anunciadas de manera estrepitosa. Esto provocó que las instituciones educativas tuvieran que cerrar sus puertas sin ningún tipo de plan que les permitiera ejercer sus funciones. Sin embargo, fueron activadas de manera casi inmediata todas las formas posibles para seguir brindando conocimiento, incluso en las peores circunstancias.

Internet ha sido un gran aliado para muchos profesores en medio de la cuarentena. Facebook Live, Zoom, Meet, Google Classroom y otras herramientas han sustituido a las aulas de clase y han servido para que tanto estudiantes como profesores se reúnan para seguir con la educación.

Es el caso de la profesora mexicana Cecilia Torres, de 52 años y 30 de experiencia docente, quien se ha enterado de la existencia de Facebook Live y ha tenido que aprender a usar la herramienta para enseñar a sus estudiantes que tienen entre 5 y 6 años de edad.

La profesora tuvo ayuda para emprender con esta herramienta: sus dos hijos adolescentes. Sin embargo, no todos sus estudiantes tienen la posibilidad de conectar, por lo que mantiene contacto con el resto de sus estudiantes a través de Whatsapp.

Pero este es de los casos más afortunados, pues muchos estudiantes alrededor del mundo no tienen acceso a Internet. Es por ello que la profesora de Jalisco, Maira Molina, ha tenido que emplear otras técnicas de enseñanza. Ella ha logrado mantener la enseñanza con la mayoría de sus estudiantes a través del WhatsApp y con la ayuda de los padres de los niños. Pero algunos de sus estudiantes ni siquiera tienen energía eléctrica.

Para ayudar a los pequeños con menos recursos en la comunidad de los estudiantes de la profesora Molina se han activado otras redes: lugares de acopio para las tareas, mensajes de texto tradicionales y la comunicación de los vecinos con aquellos que carecen de WhatsApp.

Las medidas no han sido perfectas, pero tanto profesores, como estudiantes y padres han puesto empeño en mejorar la dinámica día tras día. Esta experiencia permite asegurar que la academia no es un lugar, es una relación que existe entre estudiantes y docentes; por lo que lo que verdaderamente es necesario es la voluntad de aprender y la voluntad de enseñar.

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