Vivimos en un mundo que se transforma permanentemente. Los ciclos de cambio son cada vez más cortos, y esta velocidad hace que muchas personas caigan asiduamente en la preocupación, con toda su carga emocional que, incluso, llega a paralizarlos.

La preocupación es la expectativa de que algo negativo está por suceder. La buena noticia es que se puede redirigir, y convertirla en motivación, en forma de una energía puesta al servicio de que algo positivo puede suceder.

No se trata de un simple pensamiento mágico. Es una habilidad que tenemos todos los seres humanos, sólo que muchos aún no la han desarrollado. Se trata de hacer el switch entre la preocupación al expandir el círculo de influencia sobre las cosas.

Factor confianza

En el proceso de transformar la preocupación en motivación para seguir adelante influye directamente la confianza. En su etimología encontramos que deriva de confiar, y se compone del prefijo con- (que significa todo, junto), la raíz -fi- del verbo fiar, del latín fidere (confiar) y éste de fides (lealtad, fe y confianza).

¿Para qué sirve conocer el origen etimológico de las palabras que utilizamos? Para habitarlas de sentido, saber expresarlas apropiadamente y no confundir sus términos. Las palabras equivocadas que te dices internamente, y que, sin darte cuenta, fijas en tu diccionario emocional y mental, producen impactos erróneos y generan decisiones distorsionadas.

En este caso, la confianza es la base desde la que se establecen los vínculos hacia afuera, con el entorno, familia, trabajo, la sociedad; y hacia dentro de nosotros mismos. La posibilidad de cambiar el signo negativo por positivo al pasar de preocupación a motivación está directamente relacionada con la autoconfianza, la cualidad interna de las personas para poder crear un estado emocional adecuado al afrontar situaciones de distinto tipo.

Veamos:

- Si sé que cuento con los recursos internos apropiados, tengo confianza en mí mismo para poder superar los desafíos. Aquí empieza la auto motivación.

- Si no tengo autoconfianza seguramente la autoestima está por el piso, y necesitaré encarar un proceso paso a paso para reconstruirla; mejorando el estado interno. En la falta de confianza en uno mismo empieza la postergación, la queja y la inquietud interna generalizada.

Qué es el Círculo de preocupación versus Influencia

Stephen Covey, experto en liderazgo y autor de múltiples best-sellers, presentó esta idea en su conocido libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva”.

El círculo de preocupación versus influencia positiva permite observar que, cuando reaccionas sobre cosas sobre las que no tienes margen de acción, estás generando preocupación -muchas veces en exceso-.

Por ejemplo, cuando fantaseas qué puede suceder en el futuro; aquello a lo que te entregas con total ansiedad en cosas que aún no pasaron; o lo que te mantiene obsesionado durante semanas, y sabes que tú solo no podrás cambiar.

Los seres humanos tendemos a pensar en negativo en exceso. Se dice en círculos de investigación de comportamiento humano que la tendencia a los pensamientos negativos llega a invadir la mente y las emociones de más del 90% de las personas.

Para que puedas saber si estás reaccionando y generando preocupación que quizás sea innecesaria de manera recurrente, la pregunta es: ¿sobre qué aspectos de todo esto, no puedo accionar de mi parte; no puedo hacer nada? ¿qué cosas están fuera de mi control?

Al poder identificarlas claramente es posible que, aunque sientas cierta tensión, temor o conserves fantasías sobre ese futuro incierto, bajará la presión interna que te auto impones cuando lo pasas al modo “preocupación”.

Círculo de influencia: cambiar el enfoque y el impacto

En este caso, el círculo de influencia representa aquellas situaciones sobre las que sí tienes algún tipo de margen para actuar, lo que depende de cómo elijas tu actitud (positiva, negativa, neutral), y la forma en que gestiones tus acciones concretas, comportamientos, pensamientos, y emociones en general.

Para que puedas saber si estás actuando desde el círculo de influencia la pregunta es:¿sobre qué aspectos de todo esto, SÍ puedo accionar de mi parte y puedo gestionar en forma diferente? ¿qué depende de mí?

En este caso, el poder de influencia positiva se puede transformar inmediatamente en auto motivación para seguir adelante. Es un gran proveedor de entusiasmo y optimismo, los combustibles esenciales para mantener un estado de altitud y acción óptima para no dejarte doblegar por los problemas y dificultades.

Como todo lo que comparto, es necesario entrenarlo y probarlo permanentemente hasta convertirlo en un hábito.

6 recursos prácticos para transformar la preocupación en motivación

Estos seis puntos serán de ayuda para salir de tu estado de preocupación y moverte al círculo de influencia positiva, que te ayudará a tener más motivación:

1. Mantente en movimiento permanente

Los pensamientos rumiantes, esos que van por dentro, no te llevarán a muchos lugares nuevos. Es posible que sí encuentres información valiosa para analizar. Aunque solo quedarte en el nivel mental de las cosas, analizando todo estructuradamente, no producirá ningún resultado.

La clave es que te muevas, vayas por caminos desconocidos, tomes acciones y atajos distintos a los habituales: así aprenderás sobre alternativas a las cosas, y, de paso, conscientemente, distraerás tu mente de la preocupación y te conectarás con la energía de la auto motivación progresivamente.

2. Utiliza la empatía

Cuando estás preocupado, podrías llegar a ser una fuente de problemas, peleas y energía de rechazo en tu vínculo con los demás. La empatía, habilidad para poder entender -no necesariamente justificar- a los demás, es saber mirar las cosas desde distintas perspectivas, incluso aquellas alejadas a tu pensamiento habitual. Al integrarla, aprenderás sobre los matices, la inexistencia de verdades absolutas, y la apertura de ventanas de conocimiento que te ayudarán a motivarte aún más.

3. Comunicación asertiva contigo mismo

El lenguaje con que te hables, y la suavidad para contigo mismo, serán claves para empezar a ser más asertivo. Utiliza palabras que ayuden a crear estados emocionales positivos, ya que de esta gestión dependerá en gran parte el resultado final que buscas.

4. Flexibiliza los paradigmas y creencias limitantes

A algunas personas les resulta especialmente complejo cambiar creencias limitativas y paradigmas que ya no les funcionan en el presente. Puedes consultar con un profesional entrenado para ayudarte a superar estas cadenas que te atan internamente y que no te dejan evolucionar. Es un proceso que vale la pena hacer.

5. Observa la línea de tiempo de tu vida

Cuando tomes consciencia de que estás permanentemente en estado de preocupación, te recomiendo que hagas una pausa, te serenes y empieces a recorrer tu línea de la vida. Empieza en el momento presente y ve hacia atrás, año por año, tan cerca de tu origen en la vida como te permitas recordar.

Se trata de una técnica poderosa para que puedas verificar situaciones parecidas que has vivido en el pasado y que te generaban preocupación. Al verlas con el poder de tu visualización en ese recorrido por la línea de tiempo de tu vida, obtendrás información valiosa para entender el por qué de tu forma de procesar las cosas.

6. Aprende del proceso

Otra forma de lograrlo es conectar todo el tiempo con el sentido de las experiencias. La pregunta clave es: ¿qué hay de nuevo para mi aquí? Es un abre puertas que te ayudará a reconocer el aprendizaje oculto detrás de aquello que te preocupa.

Con el tiempo te convertirás en un experto en bucear profundo en las aguas tormentosas de la preocupación, y saldrás a flote para oxigenarte expandiendo tu círculo de influencia positiva. Estarás dispuesto a darle un nuevo significado a las experiencias, y saldrás fortalecido de los desafíos, y motivado para dar el siguiente paso en tu proceso de crecer, aprender y avanzar.

Fuente:

Daniel Colombo