España abre la puerta a la caza del lobo ibérico: la eliminación de la protección legal del depredador tope ibérico abre la puerta a la caza y pone en peligro décadas de avances en conservación. Científicos y ecologistas alertan de un retroceso histórico que amenaza la biodiversidad y el equilibrio del medio rural.
Una decisión política que abre la caza del lobo ibérico
En marzo de 2025, el Congreso aprobó la Ley de desperdicio alimentario. Sin embargo, en el trámite parlamentario, el Partido Popular introdujo una enmienda —respaldada por VOX, PNV y Junts— que retiró al lobo ibérico del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE).
Esta modificación elimina la protección nacional que existía desde 2021 y deja en manos de las comunidades autónomas la posibilidad de autorizar su caza.
Los expertos denuncian que la medida no se basa en criterios científicos, sino en intereses políticos y presión de determinados lobbies de caza y ganadería. Ecologistas en Acción y WWF advierten que España podría enfrentar sanciones europeas por incumplir compromisos internacionales en materia de biodiversidad.
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El valor ecológico del lobo ibérico
El lobo ibérico (Canis lupus signatus) es un depredador tope esencial para la salud de los ecosistemas. Su presencia regula poblaciones de jabalíes y corzos, previniendo daños en cultivos, bosques y carreteras.
La desaparición de la especie afectaría al equilibrio natural, aumentando la presión de otros animales y provocando consecuencias negativas en suelos, vegetación y actividades humanas.
Actualmente, la población se estima en unos 2.000 ejemplares, concentrados en el noroeste de la península. Aunque en los últimos años recuperaba terreno en nuevas zonas, la retirada de su blindaje legal podría frenar esa expansión y devolverlo a una situación crítica.
Un símbolo cultural bajo amenaza
Más allá de su importancia ecológica, el lobo ibérico forma parte de la identidad cultural de la península. Presente en mitos, leyendas y tradiciones, su desaparición supondría también la pérdida de un patrimonio inmaterial irreemplazable.
Mientras que países vecinos como Portugal, Italia o Francia han reforzado la protección de esta especie, España retrocede, generando un contraste que preocupa a científicos y conservacionistas.
Ganadería extensiva y coexistencia posible
Uno de los principales argumentos en contra del lobo son los ataques al ganado. Sin embargo, estudios demuestran que muchas veces las pérdidas atribuidas al lobo se deben a perros asilvestrados o a falta de medidas de prevención.
Comunidades como Asturias y Castilla y León han demostrado que la combinación de mastines, cercados y vigilancia reduce significativamente los ataques.
Ecologistas insisten en que la solución no es eliminar al lobo, sino apoyar a los ganaderos con compensaciones rápidas y políticas eficaces de prevención. Solo así puede lograrse una convivencia sostenible entre naturaleza y actividad humana.
Defender al lobo es defender la biodiversidad
La retirada de su protección legal ha encendido las alarmas en el ámbito científico y ambiental. Para investigadores y conservacionistas, el lobo ibérico no es solo un animal emblemático: es una pieza clave para la biodiversidad y el futuro del medio rural.
“Defender al lobo es defender la naturaleza, la ciencia y nuestra identidad cultural”, resume un experto del CSIC. La pregunta es si España está dispuesta a sacrificar un símbolo de su patrimonio natural por intereses políticos a corto plazo.