Kenya, la última elefanta en cautiverio en Argentina, fue liberada- la protagonista de esta historia que vivía en cautiverio en el pais sudamericano, comenzó su esperado viaje hacia el Santuario Global de Elefantes en Brasil, donde podrá vivir en condiciones de semilibertad, rodeada de naturaleza y cuidados especializados.
Tras 40 años encerrada en el exzoológico de Mendoza, Kenya dejó atrás su antiguo recinto para recorrer más de 4.000 kilómetros rumbo al santuario ubicado en el estado de Mato Grosso. Su primera noche de viaje no fue sencilla: las temperaturas bajaron drásticamente, pero, según informaron las organizaciones que siguen el traslado en tiempo real a través del hashtag #VamosKenya, logró descansar y dormir algunas horas, una señal positiva para su adaptación.
Un viaje histórico para el bienestar animal
El traslado de Kenya representa mucho más que el fin de su cautiverio: marca el cierre de una etapa en la historia del bienestar animal en Argentina, donde ya no quedan elefantes en zoológicos. Este camino comenzó en 2017 con el intento de traslado de Pelusa, la elefanta del zoológico de La Plata, que lamentablemente murió antes de poder partir. Le siguieron Kuky, Pupy, Sharima, Tamy y Merry, quienes ya fueron trasladados o fallecieron, y ahora Kenya es la última en emprender este cambio de vida.
Para dimensionar el daño del cautiverio: en el predio del actual Ecoparque porteño llegaron a vivir y morir 14 elefantes.
Una logística compleja, pero cuidadosamente planificada
El operativo es delicado. Kenya viaja dentro de una estructura de hierro diseñada especialmente para su seguridad. La caja está equipada con cámaras internas que permiten monitorear en todo momento su estado físico y anímico. La acompaña un equipo de veterinarios y especialistas que viajan en dos camionetas escolta, observando cada movimiento a través de pantallas en tiempo real.
Además, se tomaron medidas extra para asegurar su bienestar durante el trayecto: la estructura está cubierta con una lona que simula una carpa, tiene calefacción interna y, como parte de su rutina, recibe agua caliente y frutas, tal como en el Ecoparque. En uno de los videos difundidos por las organizaciones, se la puede ver comiendo bananas con tranquilidad durante una parada.
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Una historia de resiliencia y un viaje hacia la libertad
Kenya llegó a Argentina en 1984, desde un zoológico de Alemania. Tenía apenas cuatro años. Como muchas crías, fue separada de su madre a la fuerza, probablemente tras presenciar su muerte durante la captura. Desde entonces, vivió en soledad en Mendoza, sin compañía de su especie.
Su traslado es el resultado de siete años de trabajo conjunto entre el gobierno de Mendoza, el Ecoparque provincial, la Fundación Franz Weber, el Proyecto ELE y la organización Global Sanctuary for Elephants, con el apoyo del actor y activista Nicolás Pauls. Durante este tiempo, se prepararon las condiciones en el santuario y se entrenó a Kenya para que recuperara la confianza en los humanos, algo clave para poder realizar el viaje sin estrés extremo.