Moda sustentable: científicas argentinas crean biomaterial similar al cuero a partir de hongo. El auge del fast fashion genera un impacto ambiental sin precedentes pues la producción masiva de ropa, gran parte con contenido plástico, termina en vertederos o incinerada poco tiempo después de salir a la venta. Según la ONU, la industria textil es responsable del 8% de las emisiones globales de carbono, lo que la convierte en uno de los sectores más contaminantes del planeta.
En este contexto, un grupo de investigadoras argentinas de Rosario desarrolló un biomaterial innovador, suave y resistente como el cuero, pero biodegradable y 100% compostable. La startup Mycorium Biotech se centra en ofrecer una alternativa sustentable al cuero tradicional y al sintético, dirigida principalmente a la industria de la moda masiva.
El corazón del material está en el micelio, la estructura filamentosa de los hongos, que se alimenta con residuos orgánicos como pulpas de frutas, restos de verduras y orujo de uva. En apenas diez días, estos desechos se transforman en un biotextil flexible y cosible, adaptable a procesos industriales existentes sin necesidad de modificar líneas de producción.
Según Adriana Clementz, ingeniera y doctora en Tecnología de los Alimentos y CTO de la startup, “el biomaterial permite igualar en calidad y precio al cuero, pero sin dañar el medioambiente. Nuestro foco no es reemplazar el cuero, sino ofrecer soluciones sostenibles para el fast fashion, la segunda industria más contaminante del mundo”.
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La iniciativa de Mycorium Biotech, fundada en 2023, combina ciencia y economía circular: transforma residuos agroindustriales en un recurso valioso y evita la creación de nuevas cadenas productivas. Su misión es integrarse a la industria textil existente, ofreciendo alternativas sustentables sin comprometer el diseño ni la funcionalidad de las prendas.
El bajo consumo de agua, la reducción de emisiones y la biodegradabilidad son algunas de las ventajas del biomaterial frente al cuero tradicional y los ecocueros sintéticos. Además, la propuesta apunta a minimizar la huella hídrica y de carbono de la industria, contribuyendo a un modelo de producción más limpio y responsable.
En apenas dos años, la startup validó su tecnología en programas internacionales, cuadruplicó la escala de producción y concretó sus primeras ventas. También recibió más de 500.000 dólares en rondas de inversión, consolidándose en el portfolio del fondo SF500, especializado en startups de base científica.
Hoy, el biomaterial se aplica en accesorios, marroquinería y carteras, con planes de expansión a calzado, ropa e incluso interiores de autos. La experiencia de estas científicas argentinas demuestra que moda y sostenibilidad pueden coexistir, ofreciendo al consumidor opciones conscientes sin sacrificar estilo ni calidad.
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