El amor es lo que uno desee: paz, motivación, bondad, dolor y más. Es en él en que radica la confianza de que el mundo es un lugar en el que vale la pena vivir y por la razón en torno a la que miles de millones de personas guían su vida.

Pero el amor platónico va más allá. Aunque la historia ha deformado el término de tal manera que hay personas que creen que se trata de un amor imposible en el que las personas están separadas por causas reales o imaginarias, o en el que una persona no tiene interés sexual en la otra persona y sólo la considera un gran amigo, la verdad es otra.


Existen distintos tipos


El discurso en el que Platón habla del amor se llama "El banquete" y en él son distintos filósofos los que hacen elogios y muestran su conocimiento sobre el amor. Tal vez el más conocido es el de Eríximaco en el que habla de seres incompletos que buscan regresar a la unión en la que se encontraban antes de ser separados por los dioses.


El amor no es celoso


Platón buscó mejorar el mundo a través de la Filosofía y aceptó que el amor es una de las más grandes virtudes del hombre, por lo que este por naturaleza no podía ser celoso. Lo impresionante de esto es que todos los filósofos presentes, a pesar de tener distintos tipos de vista acerca del amor, compartían esa idea.

El amor no está en lo físico

Desde ese tiempo el amor hacia las cosas existía, pero para ser más claros podemos dejarlo sólo en lo físico. En el diálogo, Sócrates deja claro que si de belleza se habla, debe ser la de las almas. Por eso el amor pasional, físico, es terrenal y malo, pero el amor a la belleza de las almas es el que lleva a la filosofía, virtud de los verdaderos sabios.

Siempre se aprende a amar

El amor es un sentimiento volátil, pero nunca efímero. Cuando es real, dura más de lo que podemos esperar. Tal vez la pareja enamorada corte antes de tiempo, pero el sentimiento se queda impregnado como un olor imposible de erradicar al instante. El amor cambia, se transforma y tal vez nunca es el mismo, pero sin duda es fácil reconocerlo, por lo menos cuando ya se vivió una vez.

¿Has sentido alguna vez esas cosas? Si tu amor no es celoso, si no está atado a lo físico, si se ha transformado sin perder su esencia y si sabes que siempre puedes darle un nuevo sentido, cumple los verdaderos lineamientos del amor platónico y también es verdadero.