Ricochet es una perra de compañía con una habilidad especial: su capacidad de equilibrio le permite balancear una tabla de surf. Gracias a ella, las personas con capacidades diferentes pueden disfrutar del contacto con el agua y divertirse entre las olas.

Esta Golden Retriever de siete años ayuda de una manera única en el mundo, según dice en su sitio web: “brinda asistencia terapéutica y crea experiencias que le dan confianza a los niños con necesidades especiales, a las personas discapacitadas, a los soldados heridos y a los veteranos con trastorno de estrés postraumático”. En el sitio también explican: “Lo que hace que Ricochet sea extraordinaria es su capacidad de conectarse inmediatamente con las personas con las que interactúa. Intuitivamente y con empatía, comprende los cambios emocionales y físicos. Esto le permite hacer profundas intervenciones”.

Desde que nació, su cuidadora Judy Fridono, especialista en el entrenamiento de perros de compañía, comenzó a enseñarle cómo asistir a personas con capacidades diferentes. Ricochet era un alumna excepcional. Cuando tenía solo ocho semanas, ya era capaz de prender luces, abrir puertas y bajar cierres. Sin embargo, a las 16 semanas, dejó de aprender. Tenía mucha energía y le costaba concentrarse en el entrenamiento.

“En cuanto veía un pájaro, salía corriendo a buscarlo”, le explicó Fridono a Comunity Table. “Estaba decepcionada. Respondía muy bien al entrenamiento, pero no puedes tener un perro de compañía que persiga a los pájaros. No sería capaz de ayudar a alguien que fuera ciego, sordo o tuviera cualquier otra discapacidad”, agregó.

Pero al poco tiempo recordó que Ricochet tenía una habilidad muy especial. Como parte del entrenamiento, le había empezado a enseñar a mantener el equilibrio sobre superficies inestables. Para ello, la colocaba sobre una tabla de surf dentro de una pileta para niños. La perra tenía una increíble capacidad para equilibrar el peso de su cuerpo y amaba el agua.

En agosto de 2009, Fridono la llevó a surfear junto a un adolescente tretrapléjico llamado Patrick Ivson. El objetivo era ayudarlo a recaudar dinero para su terapia. Iban a hacer surf uno al lado del otro, pero cuando una ola los acercó a la orilla, Ricochet saltó a la tabla de Patrick. Cuando él se caía, ella lo ayudaba a subirse de nuevo. En ese momento, su entrenadora descubrió la misión de la perra.

“Cuando dejé de enfocarme en lo que Ricochet no podia hacer y empecé a prestarle atención a sus capacidades, todo cobró sentido. Al escucharla y dejarla desarrollar sus mejores habilidades, en vez de forzarla a ser lo que yo quería que fuera, logró cosas asombrosas”, le explicó Fridono a Comunity Table.

Cuando su entrenadora compartió el video de Ricochet en Youtube, miles de personas lo vieron. Cada vez más empezaron a solicitar su ayuda. West Buckner fue uno de los niños que se benefició de la peculiar capacidad de la perra. A él le diagnosticaron autismo a los 21 meses. Sufría fuertes ataques por la frustración que le generaba su dificultad para comunicar sus necesidades. Los animales y el agua lo aterrorizaban, pero cuando vio a Ricochet surfear, comenzó a desear practicar el deporte acuático. Le pedía a su madre que lo llevara a la piscina y le tomara fotografías. Así fue como comenzó a recibir la ayuda de la perra. Desde entonces, se transformó en un niño mucho más alegre.

"Es una perra ordinaria con un espíritu extraordinario. Ricochet es capaz de identificar lo que le falta a las personas y dárselos", explica Fridono. Además de ayudar individualmente, la perra tiene una organización sin fines de lucro llamada “Surfin’ for paws-abilities” que busca generar consciencia y recauda dinero para causas humanas y animales. Ya ha juntado más de US$400.000 y está dispuesta a seguir adelante.