Lindsey Cole es una activista medioambiental y autora infantil que recientemente nadó un total de doce millas por el canal de Bristol del Reino Unido, desde Penarth en Gales hasta Clevedon en Inglaterra, vestida como una sirena y acompañada de una caca gigante inflable.

Su hazaña fue parte de una campaña contra la contaminación de las vías fluviales británicas, y afirma que “La salud de los ríos en Gran Bretaña ha ido decayendo durante la última década o más”; y considera que -en parte- es debido a la reducción de la financiación para las agencias de aplicación de la ley ambiental del gobierno del Reino Unido. «Literalmente no hay tropas sobre el terreno para investigar o procesar a los contaminadores».

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«Hace unos años hice buceo libre en el río y me corté la mano con un plástico. Podía ver más plástico que peces, así que sentí que tenía que hacer algo», compartió la activista. Y agregó que nadar como sirena era una «buena manera de llegar a los niños». Además, Lindsey, recorre escuelas y festivales para hablar con los alumnos sobre la contaminación del agua y concientizar sobre la importancia de mantener limpios los ríos y cuidar el agua.

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Lindsey en 2018, nadó 200 millas a lo largo del río Támesis vestida de sirena para crear conciencia sobre el daño que generan los plásticos de un solo uso.

Cole también está trabajando con Conham Taking, un grupo de nadadores y residentes locales que solicitan el estatus de baño para un segmento del río Avon, cuyas aguas terminan en el canal de Bristol. Si tiene éxito, obligaría a la Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido a analizar periódicamente el río en busca de bacterias Escherichia coli y Enterococci, las cuales pueden causar enfermedades. Sin embargo, realizar pruebas periódicas no garantiza que las aguas no estén demasiado contaminadas para nadar .