Un grupo de investigadores ha encontrado evidencia de que los ancestros evolutivos de los humanos que habitaron hace 1,45 millones de años luchaban entre sí, se descuartizaban y probablemente practicaban el canibalismo, según se detalla en un estudio publicado el lunes (26.06.2023) en la revista Scientific Reports.

El estudio, basado en las marcas de corte halladas en la tibia izquierda de un pariente del Homo sapiens que habitó el norte de Kenia en la época antes mencionada, podría asimismo ser la evidencia más antigua de canibalismo entre homínidos.

En búsqueda de algún depredador antiguo

La paleoantropóloga Briana Pobiner, principal autora de la investigación, encontró la tibia fosilizada en las colecciones del Museo Nacional de Nairobi mientras buscaba pistas sobre los depredadores de los antiguos parientes de los humanos. Al examinarla en busca de marcas de mordiscos de bestias extinguidas, descubrió lo que inmediatamente le pareció una prueba de carnicería.

Para averiguarlo, Pobiner sacó unos moldes de los cortes, y los envió al coautor Michael Pante, de la Universidad Estatal de Colorado, quien los escaneó y comparó con una base de datos de 898 marcas individuales de dientes, carnicería creadas mediante experimentos controlados.

[También te puede interesar: Así se vería el mundo si las emisiones fueran visibles.]

Un buen lugar para extraer un trozo de carne

El análisis del antiguo hueso determinó que nueve de las once marcas correspondían claramente al tipo de daño infligido por herramientas de piedra, mientras que otras dos habrían sido provocadas por mordeduras de grandes felinos, probablemente de felinos dientes de sable.

Aunque por sí solas las marcas de corte no prueban que el pariente humano que las infligió también se comiera la pierna, Pobiner cree que es lo más probable; las marcas están donde el músculo de la pantorrilla se une al hueso, un buen lugar para cortar si se quiere extraer un trozo de carne.

"La conclusión más lógica es que, al igual que los otros animales, este homínido fue sacrificado para ser comido", señaló Pobiner.

"Estas marcas de corte son muy similares a las que he visto en fósiles de animales procesados para el consumo (de la misma época). Parece lo más probable que la carne de esta pata fuera consumida para nutrirse y no para un ritual", agregó.

66061178_1004

Faltan pruebas para confirmar el canibalismo

Sin embargo, aunque podría tratarse de un caso de canibalismo, Pobiner cree que no hay pruebas suficientes para hacer tal afirmación, ya que el canibalismo requiere que el que come y el comido sean de la misma especie.

El hueso fósil analizado se identificó inicialmente como Australopithecus boisei y después, en 1990, fue reclasificado como Homo erectus, pero actualmente los expertos coinciden en que no hay suficiente información para asignar el espécimen a una especie concreta de homínido.

¿Qué hay de los cortes con piedras?

El uso de herramientas de piedra tampoco aclara exactamente qué especie pudo realizar los cortes. Otras investigaciones recientes, como la de Rick Potts, catedrático del Museo Nacional de Historia Natural de Smithsonian, han puesto en tela de juicio la hipótesis de que solo un género, el Homo, fabricaba y usaba herramientas de piedra, por lo que este fósil podría ser un caso de canibalismo o un simple ataque entre especies.

[También te puede interesar: Un nuevo estudio confirma que el gigantesco megalodón tenía sangre caliente .]

Controversia sobre un cráneo hallado en Sudáfrica

Existe evidencia previa sobre matanza entre homínidos en sitios de Europa y África. Otro fósil, un cráneo de entre 1,5 y 2,6 millones de años de antigüedad hallado por primera vez en Sudáfrica en 1976, ha suscitado el debate sobre el caso más antiguo conocido de parientes humanos que se mataron entre sí.

El ejemplar ha sido estudiado en dos ocasiones (en 2000 y en 2018) y ambos trabajos discrepan sobre el origen de las marcas justo debajo del pómulo derecho del cráneo. Uno de ellos sostiene que las marcas son el resultado de herramientas de piedra blandidas por parientes de los homínidos, mientras que el otro sugiere que se formaron por el contacto con bloques de piedra de bordes afilados encontrados contra el cráneo.

No obstante, y de manera similar a la tibia hallada, incluso si los antiguos homínidos produjeron las marcas, no está claro si se mataban unos a otros para alimentarse, dada la ausencia de grandes grupos musculares en el cráneo.

Fuente: DW.