La basura espacial relacionada con el síndrome de kessler ha sido un tema muy debatido en los últimos años. Si bien es cierto que, este fenómeno se predijo en el año 1978, hoy en día, ha provocado gran preocupación a las agencias espaciales. Pero, ¿Qué es y por qué hay tanta basura en el espacio, sobre todo, cómo evitarla?

Una de las principales causas son los restos de los miles de satélites que la NASA lanza al espacio cada año. Como resultado se produce el denominado síndrome de kessler, si no se soluciona esta problemática, las consecuencias podrían ser catastróficas. No solo para el medio ambiente, sino para la vida de cada uno de los seres vivos que habitan en la Tierra.

¿Qué es el síndrome de kessler?

basura espacial

Se trata de un escenario en el que la basura espacial, producida por diversos residuos y objetos, entra en la órbita de la Tierra. Esto, a su vez, genera una superpoblación de basura en el espacio, lo que provoca que ciertos satélites no funcionen correctamente. Pero, ese es tan solo el inicio de una importante cadena de problemas que, solo empeorarán si no se solucionan a tiempo.

El síndrome de kessler provocaría una gran contaminación en el espacio que, podría perpetuarse, debido a la enorme cantidad de colisiones. Provocadas entre los mismos objetos que se encuentran en órbita y que, al chocar entre sí, generan más basura espacial. Lo que, a su vez, crea una especie de efecto dominó que originará más colisiones a futuro.

La primera vez que se expuso el síndrome de kessler, fue en el año 1978 por Donald J. Kessler, un reconocido astrofísico de la NASA. El científico predijo que la basura espacial en la órbita terrestre inferior conseguiría muy pronto un punto de inflexión. Una vez ocurra, provocaría una gran reacción en cadena de infinitos choques de escombros.

Mientras mayor sea el número de colisiones, más serán los escombros creados por los choques. Esto se volverá una especie de efecto dominó, creando así, lo que se conoce como síndrome de kessler. En pocas palabras, todos los seres vivos serán prisioneros en su propio planeta, es decir, la Tierra.

Con el paso de los años, la teoría está más cerca de convertirse en una realidad, especialmente, por las operaciones espaciales que se llevan a cabo actualmente. Sobre todo, por organizaciones y empresas de gran importancia como por ejemplo, SpaceX, Amazon, Apple y OneWeb.

Dichas empresas tienen entre su planificación, poner en órbita varios miles de satélites artificiales durante la próxima década. De producirse, se incrementaría significativamente las probabilidades que se describen en el síndrome de kessler.

¿Cómo funciona realmente el síndrome de kessler?

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Hay que tener en cuenta que, el síndrome de kessler se basa en estudio de los cinturones de asteroides. Al aplicar los métodos usados en dicho estudio, es posible predecir algunos de los patrones de colisión de los satélites que aún se encuentran activos en la órbita terrestre.

Ahora bien, la causa principal de un posible escenario de síndrome kessler no es precisamente la existencia de distintos objetos en sí. Lo que preocupa es la colisión de dichos objetos entre sí mismos, ya que podrían producir enormes cantidades de basura espacial. El número de desechos podría, incluso, ser significativamente mayor a su estado anterior al choque.

Uno de los casos más conocidos ocurrió en el transcurso del año 2009, cuando satélites de comunicación rusos y estadounidenses, colisionaron entre sí. El choque provocó más de dos mil fragmentos de basura espacial. Mientras mayor sea la cantidad de satélites artificiales en órbita, la frecuencia de las colisiones no dejará de incrementar.

Lo que se acumula en la órbita de la Tierra es generado por muchos factores. Entre los más comunes están las colisiones que se producen de manera accidental. También se puede mencionar la destrucción deliberada de una gran cantidad de naves espaciales a causa de acciones militares. Esta última acción produce miles de fragmentos de basura que se quedan en la órbita terrestre de forma permanente.

Los fenómenos naturales, como es el caso de las erupciones solares, pueden provocar que los satélites no funcionen correctamente. De ser así, los satélites quedan deshabilitados y podrían colisionar contra otros objetos artificiales en el espacio.

Cada nuevo fragmento de basura espacial, creado por alguna de las causas mencionadas anteriormente, se convierte, inmediatamente, en un gran riesgo de colisión. No importa si los nuevos trozos son más pequeños, en comparación con los originales, las probabilidades de choque siguen siendo muy altas.

¿La basura espacial podría afectar la vida en el planeta Tierra?

La respuesta es un rotundo SI, los efectos del síndrome de kessler afectarán drásticamente al medio ambiente y por supuesto, la vida en el planeta. Incluso, podría generar la completa inhabilitación de los programas espaciales llevados a cabo por la NASA en el planeta Tierra.

Por si fuese poco, existe la posibilidad de que se produzca una reacción en cadena imposible de controlar. Provocando un número indefinido de choques entre cientos de objetos artificiales construidos por el hombre. Otros de los posibles escenarios sería el impacto de micrometeoritos en la superficie de la tierra, de hecho, científicos aseguran que ya se encuentra en la órbita terrestre.

Ahora bien, pasando a un escenario de menor gravedad, pero con altas probabilidades de ocurrir, está la inhabilitación de gran parte de las naves espaciales. Sobre todo, aquellas que se encuentran en la órbita baja del planeta. De hecho, estos son los satélites artificiales más afectados por la basura espacial y por supuesto, por el síndrome de kessler.

Según los científicos de la NASA, la órbita inferior del planeta Tierra ya alcanzó su masa crítica. En otras palabras, si continúa la adición de basura espacial, esto provocaría el comienzo de una reacción en cadena de colisiones que serían imposibles de revertir.

¿Cuál es la mejor forma de evitar el síndrome de kessler?

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La NASA todavía no cuenta con un protocolo específico para retirar la basura espacial y los satélites obsoletos que aún permanecen en la órbita de la Tierra. No obstante, mantienen una estricta vigilancia, así como también, satélites con diseños más modernos e inteligentes que reducirían el riesgo de colisión.

Algunos de los métodos utilizados por la NASA para reducir la basura espacial, son los siguientes:

Red de Vigilancia Espacial

La Red de Vigilancia Espacial es el nombre con el que se conoce a esta organización que se encarga de vigilar el estado de cualquier objeto que se encuentre en la órbita terrestre. A pesar de que la NASA, en conjunto con el gobierno estadounidense, realiza un constante seguimiento de más de 23 mil objetos construidos por el hombre y de diversos tamaños.

Existe una gran cantidad de objetos que son tan diminutos que, resulta casi imposible rastrearlos cuando acceden a la órbita terrestre. Dichos objetos, pueden provocar altos niveles de destrucción, sin importar que sean tan pequeños.

Escudos Whipple

Asimismo, existen otro tipo de medidas, además de la observación y vigilancia, para disminuir las colisiones entre los satélites. Entre estas se encuentra el escudo Whipple, se trata de cubierta muy fina instalada sobre la pared principal de una nave. Esta se encarga de distribuir la energía generada por el impacto de objetos en la nave, lo que permite reducir la concentración de las colisiones.

No obstante, dichos escudos solamente son efectivos contra objetos que no superan un centímetro de grosor. Lo que significa que, no ofrecen la protección necesaria, por lo tanto, no sirven para usarlos como defensa integral.

Ahora bien, para aquellos objetos que superan la capacidad de los escudos, pero son muy diminutos para hacerles seguimiento desde la Tierra, hay otras opciones. Para estos casos, los científicos recomiendan utilizar una cámara de infrarrojos instalada con propulsores de acción rápida.

Vehículos espaciales

Por otra parte, hay una empresa que aconseja el uso de un sistema denominado RUSTLER (Round Up Space Trash for Low Earth orbit Redemediation). Se trata de un vehículo diseñado para recolectar y eliminar la basura espacial. El vehículo, de tamaño medio, utiliza pulsos que van dirigidos da los desechos en órbita por medio de ataduras electrodinámicas.

Dicho pulso es capaz de interactuar con el campo gravitacional de la Tierra, lo que permite crear una especie de efecto de arrastre atmosférico. Una vez logrado, los desechos comenzarían a descender con dirección a la atmósfera terrestre. Al ingresar a esta última, los restos de objetos y satélites obsoletos se quemarán hasta eliminarse por completo mientras descienden.

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Fuentes: Muy Interesante, Saayarelo, Clarín.