Ecorevolución: Gobierno y Greenpeace unidos por la Selva Maya anunciaron un acuerdo unido sin precedentes para garantizar la protección de la Selva Maya, el segundo bosque tropical más grande de América después del Amazonas. Esta alianza busca frenar la deforestación, el avance de megaproyectos y promover un ordenamiento territorial integral en la Península de Yucatán.

La Selva Maya: un tesoro natural y cultural

Con más de 14 millones de hectáreas, la Selva Maya se extiende entre México, Belice y Guatemala. Alberga especies únicas en peligro de extinción como el jaguar, el tapir, el guacamayo rojo y el águila arpía. Además, es refugio de casi 400 especies de aves y millones de migratorias durante el invierno.

También es hogar de comunidades mayas que mantienen prácticas agrícolas tradicionales, transmitiendo un legado cultural y de conservación que perdura desde hace siglos.

Un acuerdo tras la protesta ciudadana

El diálogo entre Semarnat y Greenpeace se dio tras una protesta en la Estela de Luz en Ciudad de México, donde activistas exigieron protección urgente para la Selva Maya frente a amenazas como la deforestación, la agroindustria, el turismo masivo y la construcción del Tren Maya.

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La Semarnat y Greenpeace México acordaron mesas de trabajo para frenar la deforestación, ordenar el territorio y proteger la biodiversidad de la Selva Maya. (Imagen: Pinterest)
La Semarnat y Greenpeace México acordaron mesas de trabajo para frenar la deforestación, ordenar el territorio y proteger la biodiversidad de la Selva Maya. (Imagen: Pinterest)

Mesas de trabajo multisectoriales

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y Greenpeace acordaron la instalación de mesas de trabajo multisectoriales con la participación de los tres niveles de gobierno. El objetivo es avanzar hacia un ordenamiento ecológico y territorial que garantice la preservación del ecosistema.

Una señal inédita de colaboración

Greenpeace calificó la reunión como un encuentro inédito. Según Aleira Lara Galicia, directora ejecutiva de la organización, la voz de especialistas, comunidades locales y ciudadanía preocupada estuvo presente en la mesa de diálogo, lo que representa una oportunidad histórica para la protección del territorio.

Durante la reunión, la titular de Semarnat, Alicia Bárcena, reconoció los desafíos que enfrenta la Selva Maya: la urbanización ligada al turismo, los cambios de uso de suelo, así como la necesidad urgente de actualizar los instrumentos de ordenamiento territorial.

Greenpeace solicitó suspender nuevas autorizaciones de impacto ambiental para megaproyectos hasta contar con un plan de ordenamiento territorial que blinde a la Selva de amenazas como la industria inmobiliaria, la agroindustria, el turismo masivo y la infraestructura ferroviaria.

Un compromiso para el futuro de la Selva Maya

Greenpeace aseguró que dará seguimiento puntual a los acuerdos alcanzados, resaltando que la protección de la Selva Maya es clave para mitigar la crisis climática, salvaguardar la biodiversidad y preservar el patrimonio cultural de las comunidades que la habitan.

La alianza con el Gobierno mexicano marca un precedente histórico en la defensa de uno de los pulmones verdes más importantes del continente.