La miel posee grandes riquezas naturales muy beneficiosas para el ser humano. Y es que algo tan natural, tiene que ser bueno. Está compuesta por minerales como sodio, potasio, magnesio, calcio, hierro, manganeso, cobre, fósforo, zinc, selenio, vitaminas A, C y del complejo B.
Es un alimento que aporta notables beneficios para la salud.La miel como remedio es antibiótica, cura el raquitismo, la anemia, la inflamación del intestino, la hidropesía, el estreñimiento, el reumatismo, los dolores de cabeza y los vértigos. Su consumo regular ayuda a conservar una buena memoria, y también se utiliza en tratamientos para la tos y para eliminar bacterias.
Si la miel es parte de tu alimentación, es posible que ya conozcas muchas de sus propiedades y la importancia de conservarla bien, es por esto que a continuación tienes algunos trucos que pueden ayudarte a consumir miel en las mejores condiciones.
1. Siempre hay que guardarla en envases de vidrio
Los recipientes de vidrio son el lugar adecuado para conservarla, ya que no se impregnará de olores ni atraerá insectos, también es recomendable siempre usar tapa.
2. Temperatura adecuada
La miel nunca debe refrigerarse, tampoco debe guardarse cerca de la estufa o el refrigerador, ya que podría sufrir constantes cambios de temperatura y esto afecta la calidad de la miel. Se recomienda guardarla en lugares donde no reciba el sol directo.
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¿Qué pasa si hace mucho calor?
Los cambios de temperatura dañaran la calidad de la miel, alterarán su color, textura y sabor. Si los grados en el ambiente son altos, procura dejarla en un sitio con sombra pero que no sea cerrado. Sino, guardarla en algún sitio de la casa con aire acondicionado es otra opción.
3. Cerrar bien el frasco
Es importante que el oxígeno solo la toque cuando vayas a usarla, de otro modo, su sabor irá perdiendo potencia. Una tapa de espiral es una excelente elección.
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4. Es posible congelarla
Hay una diferencia enorme entre refrigerarla y congelarla. Si ejecutas lo primero, la arruinarás por completo, pero con lo segundo solo la preservarás.
Si tienes una cantidad considerable de miel y temes que se eche a perder, congelarla es una buena opción. Es posible congelarla sin que pierda sus propiedades, pero ten en cuenta que la miel tiende a expandirse cuando está a muy baja temperatura, por eso evita llenar el frasco demasiado. Para descongelarla utiliza el conocido método del baño de María, ya que no es recomendable esperar a que se descongele a temperatura ambiente.
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5. La miel, ¿no se daña?
La verdadera miel sin aditivos dura años e incluso “por siempre”, por supuesto lo ideal no es esperar 50 años para consumirla. Por otro lado, es fundamental que verifiques de qué clase estás adquiriendo, pues si contiene colorantes, azúcares o cualquier otra sustancia para preservarla, probablemente no dure tanto tiempo y, además, no aporte a tu organismo los nutrientes que esperas.