Luego del desastre nuclear de Fukushima en 2011, litros de agua han quedado contaminados. Desde entonces, la compañía propietaria de la central, Tokyo Electric Power Company (Tepco), ha acumulado más de 1 millón de toneladas del líquido altamente radiactivo usado para refrigerar los reactores dañados.

Sin embargo, a este ritmo, se calcula que para 2022 la central se quedará sin espacio de almacenamiento. ¿Qué harán con esa agua? Un ex ministro japonés dio su opinión y generó una fuerte controversia.

El mar como destino de desecho

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Yoshiaki Harada es ex Ministro de Ambiente de Japón, y a poco de irse del cargo, aseguró que el agua contaminada terminará en el mar. "Creo que no hay más opción", dijo en la ronda de prensa posterior a su alejamiento del puesto.

Tepco, por su parte, reconoció en 2018 que el agua de sus tanques contiene tritio y otros contaminantes, y que el vertido a los océanos es una de las opciones que se barajan, aunque todavía no es definitiva. Sin embargo, las palabras de Harada darían la sensación de que, por el momento, no se consideran otras alternativas.

Esta idea no es nueva. Fue planteada hace unos años, pero la oposición general fue muy fuerte y el Ejecutivo terminó retirando su apoyo.

¿Es peligroso?

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Más allá de las objeciones de las personas que frecuentan o trabajan en las costas japonesas, y de los países vecinos, la gran pregunta es: ¿es peligroso para los humanos que se vierta dicha agua al mar?

La respuesta es compleja. El tritio no se considera peligroso para la vida humana hasta ciertos niveles, pero no hay un acuerdo definitivo acerca de cuál es la cantidad que asegura que la salud no se vea perjudicada. Según Tepco, otras centrales nucleares del país ya realizan vertidos al mar con este elemento en pequeñas cantidades de forma rutinaria.

La propia Tepco ha realizado desde 2015 varios vertidos puntuales de centenares de toneladas de agua procesada con un volumen de tritio de entre los 330 y los 600 becquereles por litro, por debajo de los 1.500 que la ley nipona marca como límite para vertidos.

La investigación debe continuar pero, mientras tanto, la posibilidad de que el agua contaminada llegue al océano sigue siendo alta.

¿Qué opinas al respecto?

Fuente:

El Mundo