*Por Macarena Bauzada.

La transformación de la Ciudad de Buenos Aires en una ciudad sostenible con un enfoque firme en el cuidado de la mujer y del ambiente se presenta como un desafío necesario. El reto de redefinir la ciudad no sólo como un espacio habitable, sino también como un modelo de inclusión y respeto, refleja la aspiración de crear un entorno en el que cada individuo y el ecosistema que los rodea puedan prosperar en armonía.

La Nueva Agenda Urbana (NAU) sostiene que para lograr la igualdad de género, se debe garantizar los derechos humanos de las mujeres y su participación plena y efectiva en los diversos niveles de adopción de decisiones, eliminando toda forma de discriminación y violencia hacia ellas. Esta propuesta trasciende la idea tradicional de que las ciudades son construidas por hombres y para los hombres, se adentra en una visión más amplia y abarcativa de la ciudad. En este marco, la sostenibilidad y la equidad de género no son elementos aislados, sino pilares interconectados que se nutren para construir una sociedad resiliente y justa.

Según ONU Mujeres, en 2030 un 60% de la población mundial vivirá probablemente en ciudades. Para las mujeres y las niñas, la vida en la ciudad puede suponer más ingresos, mejores trabajos y una mayor independencia. Sin embargo, muchas de ellas, en particular las mujeres con ingresos más bajos, tienen dificultades para gozar de los mismos derechos en lo que respecta a disfrutar de los beneficios y las oportunidades que ofrecen los entornos urbanos. El objetivo principal es poder alcanzar una ciudad con igualdad de oportunidades culturales, donde día a día se implementa y se integra el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 (Igualdad de Género) para alcanzar un desarrollo total de sostenibilidad desde lo local.

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Desde ya, para lograr este objetivo se deben plantear y priorizar ciertos enfoques:

  • La sensibilización y educación: diseñando campañas de concientización sobre la importancia de la sostenibilidad y la igualdad de género, como también implementar programas educativos en escuelas y comunidades para promover la igualdad de género y la conciencia ambiental desde una edad temprana.
  • El transporte y movilidad: mejorando la infraestructura para bicicletas y peatones, fomentar medios de transporte más sostenibles y amigables con el ambiente. Implementar sistemas de transporte público eficientes y accesibles, considerando las necesidades específicas de las mujeres, como la seguridad en las paradas y estaciones.
  • Espacios públicos seguros y accesibles: diseñando lugares para todas las personas, con un enfoque en las necesidades de las mujeres y sus actividades cotidianas. Asegurarse de que estén bien iluminados y monitoreados para prevenir la violencia de género y el acoso.

La colaboración interdisciplinaria, el involucramiento de la sociedad civil y el compromiso a largo plazo son esenciales para lograr una transformación exitosa. Se debe propulsar la participación ciudadana activa, donde la comunidad acceda a la toma de decisiones a través de consultas públicas. Crear espacios para que las voces de las mujeres y otros grupos marginados sean escuchados y considerados en la formulación de políticas.

Según estadísticas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las mujeres que viven en áreas urbanas han logrado mayores índices de independencia económica y desarrollo humano que las que viven en áreas rurales, principalmente porque han mejorado sus oportunidades educativas y el acceso a trabajos de mayores ingresos. Es necesario fortalecer las leyes y políticas erradicando la violencia de género a través de refugios y recursos de apoyo para las mujeres.

Argentina es signataria de varios tratados internacionales que respaldan los objetivos de sostenibilidad y equidad de género. Algunos de ellos son:

  • La convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
  • El acuerdo de París sobre el cambio climático.
  • La agenda 2030 para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas.

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En este contexto normativo y legal, Buenos Aires tiene la oportunidad de aprovechar estos instrumentos internacionales y nacionales para guiar sus esfuerzos hacia una ciudad más sostenible, inclusiva y respetuosa, demostrando así su compromiso con una transformación integral y responsable.

*Macarena Bauzada forma parte del equipo de Ciudades Sostenibles del Centro de Desarrollo Sustentable GEO de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.