Bajo el título “El año más frío del resto de su vida: proteger a la infancia frente al impacto creciente de las olas de calor”, los expertos anuncian que las consecuencias podrían ser devastadoras.

A lo largo del informe, revelan que el porcentaje de niños que se están viendo afectados por los fenómenos climáticos extremos va en aumento. Y en relación a ello, sostienen que las actuales olas de calor seguirán incrementándose a un ritmo mucho mayor en los próximos años.

Unicef procura que se deben reducir emisiones para proteger el futuro de los niños

En ese sentido, es imperioso destacar que este tipo de escenarios catastróficos son nocivos para la niñez ya que tienen menos capacidad para regular su temperatura corporal en comparación con los adultos.

¿Qué quiere decir puntualmente esto? Tal como comunicaron, estos factores incrementan las posibilidades de que padezcan diversas patologías.

Entre ellas, afecciones respiratorias crónicas, enfermedades infecciosas o alteraciones cardiovasculares, por mencionar algunas. Y como si fuera poco, arrojaron que los bebés y los niños más pequeños son los que corren un mayor riesgo de morir a causa del aumento de las temperaturas.

Tal como indica el informe: "Cerca de 559 millones de niños ya están expuestos al aumento de la frecuencia de las olas de calor y casi 624 millones de niños están expuestos a otro de los tres indicadores del calor extremo".

Te puede interesar: Rumbo a la COP27, la ONU advierte bloqueos que derivan en graves impactos

Conviene subrayar que, según las previsiones de The Data for Children Collaborative y el Movimiento Rise Up, esta cifra aumentará hasta llegar a los 1.600 millones de niños en 2050 si se produce un aumento de 1,7 °C de la temperatura media respecto a la época preindustrial.

En esa línea, mencionaron que se prevé que en 2024 se superen los 1,5 °C, y rondaría los 2.000 millones de niños afectados si ese incremento alcanzase los 2,4 °C.

Tomando como referencia las palabras de la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell:

“Uno de cada tres niños vive ya en países con temperaturas extremadamente altas, mientras que casi uno de cada cuatro está expuesto al aumento de la frecuencia de las olas de calor”.

Y agregó: “el grado de devastación que vayan a suponer estos cambios dependerá en gran parte de las medidas que tomemos ahora. Como mínimo, los gobiernos deben emprender las acciones necesarias para limitar urgentemente el calentamiento global del planeta a 1,5 °C, tal y como establece el Acuerdo de París, así como duplicar la financiación destinada a la adaptación antes de 2025. Solo así lograremos poner a salvo el futuro de los niños”

Leé también: Educar a las infancias partiendo de la empatía por los animales y el bienestar del planeta

Para finalizar, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia sostiene que todos los países deben ofrecer a los niños, las niñas y los jóvenes la educación necesaria en materia de cambio climático.

Plantean que urge la necesidad de brindar formación en competencias ecológicas y oportunidades para participar en la acción climática.

Por esa razón, solicitan que en la COP27 se apruebe un Plan de Acción para el Empoderamiento Climático de la Juventud y la Infancia que fomente la capacidad de los jóvenes para influir en la toma de decisiones y los aliente a exigir responsabilidades a los gobiernos.

¿qué otras medidas de adaptación podríamos implementar la sociedad civil?